Ayer, en la mañana, en la urbanización Los Estoraques, el ambiente estaba tenso. Entre el miedo, la zozobra y el asombro, sus habitantes intentaban volver a la normalidad, después de conocerse que a pocos metros de donde asesinaron a René Enrique Urdaneta, el pasado 19 de noviembre, otra vez había llegado la muerte.

Y es que a raíz de ese nuevo hecho, que preocupa a la comunidad, aseguran no confiar en la Policía. No hay patrullajes o acompañamientos contundentes que garanticen seguridad a los residentes, a pesar de que en el sector, ya existirían amenazas.

“La verdad yo ya no confío en nadie. Una vez un vecino denunció un caso y unos hombres le llegaron afirmándole el nombre y número del que él había llamado, lo que fue extraño”, dijo un residente de este sector de Cúcuta.

De los homicidios que la comunidad ha presenciado, la mayoría estarían implicados en temas de microtráfico, por lo que las autoridades deberán seguir investigando.

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Ahora, a ese historial que la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) tiene en su archivo, del último mes en Los Estoraques, deberá agregarle el asesinato de Carlos Daniel Delgado Caviedes, hecho sucedido el martes en la noche.

El homicidio del hombre, de 23 años, ocurrió en la manzana P, cuando, al parecer, dos hombres llegaron hasta el sector y lo atacaron de varios disparos.

Aunque la víctima intentó correr, fue alcanzada por siete balas que la impactaron en la cabeza, espalda, hombros y mano derecha.

“Esto está muy bravo. A penas escuché los disparos, cerré, y como siempre, nos tiramos al suelo o nos escodemos. Cuando salimos nos dijeron que era Carlos”, aseguró otro habitante de la urbanización.

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Cuando los uniformados llegaron  y observaron al hombre aún con signos vitales, lo trasladaron en un taxi al Policlínico de Juan Atalaya, pero ingresó sin vida.

Carlos Delgado, dejó una hija menor de edad. Además, era conocido en el sector porque vivió en una de esas torres con su familia, desde la inauguración de la urbanización. Sin embargo, hace un mes se habría marchado, pero él se quedó por el sector.

El microtráfico

En esa urbanización que colinda con el barrio Los Olivos, las detonaciones de los disparos parecieran que fueran normales. De los cuatro asesinatos que se han presentado en el último mesen, ese sector de la ciudadela Juan Atalaya, la mayoría estarían relacionados con temas de microtráfico, según fuentes judiciales.

En esa urbanización, la criminalidad y delincuencia hace lo que quiera sin que haya una reacción certeza por parte de las autoridades, especialmente la Policía Metropolitana, pues a pesar de que la gente denuncia, no se dan acciones para frenar la comercialización de drogas, los robos y los asesinatos.

Lo que más preocupa, es que la comunidad afirma que ya no confía en la Policía, pues no hay acompañamiento ni patrullajes constantes, a pesar de que conocen la ubicación de las ‘ollas’.

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Un historial de homicidios

A unos metros donde asesinaron a Carlos Delgado Caviedes; el pasado 19 de noviembre atacaron a disparos a René Enrique Urdaneta.

Un hombre habría seguido los pasos de Urdaneta hasta aquel oscuro callejón que separa a Los Estoraques con el barrio Los Olivos, para propinarle dos disparos en la cabeza y luego huir junto con un cómplice, que lo esperaba en una moto Suzuki GN.

Asimismo, en la manzana L con torre 5, de Los Estoraques, fue baleado Kervin Donadoni Guevara Ruiz, de 30 años. La víctima fue interceptada por el agresor cuando se dirigía hacia una tienda a comprar lo del almuerzo, a la 1:00 p. m., el pasado 15 de noviembre.

Unos metros más adelante, en la torre 7 de la manzana J, al interior de un apartamento, fue asesinada a bala Sulay Andrea Monsalve.

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