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¿Quiere jugar el golf con Trump? Deje su ego de lado
Así es la práctica de este deporte con el presidente de Estados Unidos.
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AP
Jueves, 6 de Abril de 2017

Mejor deje su ego en el vestuario si alguna vez tiene la oportunidad de jugar al golf con Donald Trump. El presidente de Estados Unidos va a tratar de alterarlo a como dé lugar.
 
Durante un partido con Phil Ruffin, su buen amigo, Trump le dijo que tal vez debería empezar desde el tee de las mujeres. Hace algunos años se burló repetidamente de un reportero de la Associated Press después de que su tiro no fue tan lejos como el de una mujer profesional... que estaba primera en el ránking mundial. Como presidente, tuvo el descaro de mofarse de Ernie Els, quien juega el Masters esta semana.
 
"Es muy bueno para alterar al rival", dice Jim Herman, quien trabajó en uno de los clubes de Trump antes de que el magnate lo ayudase a llegar al circuito profesional.

Desde que asumió la presidencia, Trump ha dejado en claro que piensa seguir jugando al golf, a pesar de que criticó a su predecesor Barack Obama por hacer lo mismo.
 
Y le gusta vanagloriarse de sus aptitudes como golfista. Hace poco le insistió a un empresario que visitó la Casa Blanca que contase cómo una vez hizo un hoyo en uno hace años.
 
El golf es un terreno en el que Trump puede alardear justificadamente.
 
A los 70 años sigue siendo un jugador bastante bueno, con un fuerte drive, putts poco ortodoxos pero efectivos y varios hoyos en un golpe, además de 19 títulos de club.
 
El año pasado tuvo un hándicap de 2,9, superior al de 3,5 que tiene el legendario Jack Nicklaus a los 77 años.
 
"Tiene que darme dos golpes" de ventaja, comentó Nicklaus, quien está retirado.
 
 En sus 10 semanas como presidente, Trump visitó 17 veces algunos de sus clubes de golf.

Trump dice que usa el golf para hacer negocios y contactos políticos.
 
El domingo pasado, por ejemplo, invitó al senador Rand Paul, que se opone al plan de salud que impulsa el mandatario, para jugar al golf en su campo del norte de Virginia.
 
Paul dijo el lunes que a Trump le gusta hablar de "cómo se puede hacer para llegar a un acuerdo y que todos se sumen, y le gusta hacerlo a partir del golf".
 
Trump jugó también al golf con el primer ministro japonés Shinzo Abe en febrero, y usó el palo que Abe le había regalado pocos días antes de las elecciones. Según la Casa Blanca, aprovecharon la ocasión para promover las relaciones en Asia.
 
Els, quien también jugó con los dos mandatarios ese día, comentó que no solo se habló de negocios.

"Me la dedicó por mi juego", expresó. "Es uno más. No habló mal de las mujeres ni nada de eso".
 
Trump y el ex presidente de la cámara baja John Boehner, ávido golfista también, trabaron amistad a partir de mensajes de texto después de conocerse en un campo de golf.
 
El mandatario no solo habla de negocios cuando juega al golf. Habla de golf cuando hace negocios.
 
El primer ministro irlandés Enda Kenny dijo que durante un encuentro en la Casa Blanca el mes pasado, Trump "habló del tipo de driver que usa: Titleist, loft de 9 grados, Doonbeg... Tienes que tener buena muñeca para que salga derecho".
 
Durante un encuentro con CEOs en la Casa Blanca en febrero, Trump le insistió a Jeff Immelt, de GE, que contase la vez que lo vio hacer un hoyo en uno a comienzos del 2000.
 
"Estábamos tratando de convencerlo de que hiciese (el programa televisivo) `The Apprentice'. Va a un par 3 en su campo. Se nos acerca y nos dice: `¿Se dan cuenta de que soy el golfista más rico del mundo?'. Y acto seguido se apunta un hoyo en uno".
 
Trump lo corrige: "Es impresionante, impresionante. Pero lo que dije, para ser preciso, fue que era el mejor golfista entre los ricos".
 
Desde que llegó a la presidencia, Trump cambió su discurso y ahora critica a Obama no por jugar al golf, sino por no haber jugado con gente que le hubiera podido ser útil.

Trump no siempre juega con gente que le puede servir. Tiene un grupo de amigos con los que juega regularmente y es provocador.
 
"Estoy molesto con él porque una vez me dijo, `si vas a jugar conmigo, sal del tee de las mujeres' porque yo no le pego muy lejos", relató Ruffin, uno de los mejores amigos de Trump. "Le da con todo. Es un gran jugador".
 
En 1993 Trump se apuntó lo que dijo fue su tercer hoyo en uno en un torneo pro-am en Spyglass Hill, California.
 
"Espero no tener que comprarle un trago a 25.000 personas", bromeó, según The New York Times.
 
A Trump no le interesa hacer que el golf sea más accesible a la gente que no es rica.
 
El año pasado declaró al Golf Channel: "Quiero que el golf sea algo a lo que la gente aspira, que sueñe con ser admitida algún día en un club. Para eso, tienes que ser una persona exitosa".

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