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Miopes
Que no se dejen llenar de nervios ni de miedo, atrévanse a pensar y hacer cosas diferentes.
Sábado, 24 de Junio de 2023

A veces siento que esta columna parece más un compendio de crónicas de mis aprendizajes de la vida política y del servicio público, que un espacio de opinión; pero no importa, mientras sirva para despertar y expandir la llama de la opinión, me doy por bien servida.

La lección más importante que aprendí me saltó en una especie de epifanía similar a la que vivió Homero con la “señora de las bubbies”, y es: Los cambios se hacen desde adentro. No importa en qué siglo, bajo qué circunstancias o respecto de qué contexto, es necesario estar dentro para 1) ser una muralla que impida que se sigan cometiendo injusticias y prácticas corruptas, 2) pensar y desarrollar proyectos que beneficien a las comunidades.

Es el momento de los jóvenes y por eso quise compartir esta lección. El que les diga lo contrario, sólo quiere que sigan haciendo fila y les sigan llevando el morral a los que “sí saben” -a los que sí saben robar, a los que sí saben engañar gente, a los que sí saben hacer cara seria a pesar de estar mintiendo-.

A quienes ya han dado el paso y se atrevieron a entrar en la política sepan que los que llevan tiempo en el poder no quieren ni van a permitir que los jóvenes crezcan, ni que se den cuenta de los puntos de encuentro que tienen y que pueden construir unidos. Todo lo contrario, quieren distraerlos con juegos mentales y trucos desde el ego para que compitan entre ustedes y esto anule sus probabilidades de sobrevivir políticamente hablando.

Ni Chacón ni Juan Carlos García ni Jácome, ni Los Cristo, ni ninguno de ese combo (así finjan peleas entre ellos y/o pertenezcan a diferentes partidos políticos) van a permitir que nadie diferente a ellos llegue. No van a dejar que nadie nazca y de eso pueden estar seguros. No sigan haciéndole fila a personajes como estos, sáltense la baranda y verán como sí pueden cambiar las cosas.

Dense cuenta rápido: no hay rivalidad alguna aquí. Que todos los que quieran estar, estén, sin prejuicios por sus decisiones o por en quien confiaron en el pasado. Sus candidaturas a ediles, concejos, asambleas y por qué no, alcaldías, son válidas, son importantes para el proceso político, pero necesitan superar la miopía que produce el ego.

Que no se dejen llenar de nervios ni de miedo, atrévanse a pensar y hacer cosas diferentes. Recuerden que la campaña del miedo la manejan ellos, la lideran ellos y la ganan ellos. No conocen otro sentimiento o emoción diferente al miedo, por eso repiten sin cesar que aquí ya no hay esperanza, que nos toca volver a la politiquería de antes. No se confundan, Cúcuta no ha perdido la esperanza.

Si en Cúcuta hay gente que aún tiene esperanza en que unas obras invisibles se terminen o en que el profesor de la corrupción podría ser un buen alcalde y gobernar pensando en la gente y no en su bolsillo, quiere decir que hay esperanza para rato. ¡Ánimo!

Inscríbanse, participen para elegir y ser elegidos. Necesitamos la presencia y dinamismo de los jóvenes, de los primivotantes, de los que entienden más la trama de Euphoria que la del Congreso, de los que saben más de editar en Capcut que de cómo liquidar la declaración de renta; de los que saben más de la relación entre Bad Bunny y Kendall Jenner que de la relación entre los salarios, el desempleo y la informalidad. Y no estoy tirando hate para nadie, a mí me interesa Capcut y Euphoria más de lo que se puedan imaginar.

Para que haya menos Polo Polo (títeres de otros) y más Jennifer Pedraza, toca meterse, saltarse la fila de los viejos politiqueros que se han adueñado del agua, de las universidades, de las cajas de compensación, de los servicios públicos y hasta de los medios de comunicación.

Cuidado, atención, valentía y mucha terapia para que el ego no sea el que mande la parada, o nos haga ver borroso.

 

 

 

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