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Resaca de consuetas
A cada quien le corresponde recordarle las dolamas, las dolencias.
Miércoles, 11 de Mayo de 2016

“Las ventajas del nudismo, saltan a la vista”

Woody Allen.

Consueta es una palabreja con dos interpretaciones. Una como regla monástica y otra de carácter teatral. Quienes en la vida universitaria hicimos teatro, aprendimos a detestar a los consuetas. Su oficio es anticipar y seguir el parlamento del actor en voz audible e imperceptible en la platea, previniendo su olvido. Un mal consueta, a veces hacía perder el éxito de la presentación.

No tienen por qué estar sentidos las consuetas regionales del señor presidente por el contenido de mi columna de la semana pasada. Fue muy respetuosa, pero había que recordarle nuestras dolamas, leves y graves, pues no es cierto que estemos felices con la pobreza, que se está democratizando demasiado, pues en sus manos estamos para que nos ayude, con todas las 28 funciones que le otorga la Constitución Política. En teatro, al actor hay que susurrarle los parlamentos que debe expresar, pues lo puede distraer cualquier nimiedad y se pierde la obra.

A cada quien le corresponde recordarle las dolamas, las dolencias. Yo me limité a generalizarlas, pues como dijo Woody Allen, tenemos que desnudarnos para que el señor presidente nos ayude a curarlas con sus 28 poderes que le dan los Artículos 115 y 215 de la Constitución Colombiana, entre ellas la sed. La sed de los pobres de los estratos bajos 0 y uno dos y tres, pues tenemos un déficit presupuestal municipal de cinco mil millones de pesos, que nos dejó ADN. Y la Ley dice como entrar todos a solucionarles la sed.

En Efecto, el Artículo 89.8 de la Ley 142 de 1994, modificado y actualizado por la Ley 632 de 2000,  el que ordenó que en el evento en que los fondos de solidaridad y redistribución de ingresos no sean suficientes, como nos está sucediendo en Cúcuta, para cubrir la totalidad de los subsidios necesarios, la diferencia ($5.000 millones) será cubierta con otros recursos de las entidades del orden nacional (señor presidente) y departamental (señor gobernador). Como quiera que los cucuteños de los estratos 0 a 3 votaron programáticamente por el mandatario  de la Nación y del departamento, lo menos que esperan es la retribución que les impone la ley.

No tienen por qué sentirse los y las consuetas, solo advertimos lo que dice la Constitución y la ley, y eso, no es inoportuno ni inelegante con el primer mandatario que venía a saludar a los diputados de Colombia. La resaca de la visita, los ha llevado inexplicablemente a la injuria radial y eso se cura con más licor al decir del Maestro Hemingway.

El señor gobernador que ha tendido puentes y lazos valiosos con la administración municipal, con fundamento en el marco constitucional y legal citado, debería acudir en auxilio para cubrir el 50% del déficit de subsidios para los humildes que votaron por él. En el conteo electoral fueron 100.000 cucuteños quienes sufragaron por su triunfo regional.

Otro ejemplo de curación es el acto de humildad, por ejemplo, de los Alcohólicos anónimos, que para iniciar su cambio, comienzan por reconocer su enfermedad adictiva. Se desnudan como en el consejo de Woody Allen. Solo así el señor presidente, tiene conocimiento de nuestras miserias. No se disgusten consuetas. ¡Lo demás es vulgar fantochería de apariencias!

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