En todo el mundo cada año mueren 790 mujeres por causas relacionadas con problemas durante el embarazo o en el momento del parto. Solo en Colombia esa cifra es cercana a 400 víctimas mortales por año.
Sin embargo, más de 90 % de esas muertes podrían evitarse, pues casi todos los fallecimientos de maternas (99 %) ocurren en zonas apartadas de países en desarrollo como el nuestro, en donde las condiciones sociales y de salubridad son precarias.
De acuerdo al sistema de vigilancia de la mortalidad materna implementado en Colombia por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la mortalidad materna se ve directamente afectada por el desarrollo del embarazo en zonas rurales, acceso limitado a servicios médicos, nivel socioeconómico, creencias culturales y bajo nivel educativo.
Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que la hemorragia posparto es la cuarta causa de las muertes de mujeres durante o después del parto.
Por ello, una de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a 2030 es reducir a menos estas muertes a 70 por cada 100 mil nacidos vivos. En Colombia este indicador muestra que para 2014 se produjeron 15,1 muertes menos por cada 100.000 nacidos vivos que en 2011.
En ese sentido, el estudio ‘Análisis de la situación de salud Colombia – 2016’ del Ministerio de Salud, dice que de “si las condiciones se mantienen constantes, para el año 2021 la razón de mortalidad materna puede descender hasta 24,7 por cada 100 mil nacimientos vivos”.
Más preocupante aún es que al igual que en muchas regiones del mundo, en Colombia son marcadas las diferencias entre las mujeres de estratos altos y bajos, lo mismo que entre la población rural y la urbana y su pertenencia étnica.
Así, la mortalidad materna es 3,02 veces más alta en las personas que se encuentran en el quintil más pobre de los departamentos de Chocó, Vichada, La Guajira, Córdoba, Guainía, Vaupés, Putumayo, comparados con las personas que están en las mismas condiciones en regiones como Antioquia, Quindío, Cundinamarca, Risaralda, Valle del Cauca, Bogotá y el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
En conclusión, 60 % de la mortalidad materna se concentra en la mitad de la población multidimensionalmente más pobre, donde las condiciones socioeconómicas son más difíciles.
Y en ese panorama, los expertos consideran que la hemorragia posparto es la principal causa de las muertes maternas durante el alumbramiento o el posparto. “La hemorragia posparto se define como el sangrado superior a 500 c.c. después de un parto y más de 1000 c.c. después de una cesárea que cause inestabilidad hemodinámica o que pueda producirla si no se interviene, pero es tratable y eludible entre 90 % y 95 % con medicamentos uterotónicos”, afirma la María Constanza Moreno, Ginecóloga y Obstetra jefe Departamento Ginecología y Obstetricia Hospital San Rafael de Facatativá.
Los especialistas dicen que la prevención de hemorragia posparto en áreas rurales de Colombia sigue representando uno de los mayores desafíos, debido a la falta de especialistas en el tema, pocos centros médicos rurales, educación sexual inapropiada, escasos controles médicos en el embarazo y sobretodo falta de atención médica posparto.
