El uso de esta carretera como un opción alternativa a los municipios El Zulia y San Cayetano la afectó.
Tres meses completó el corregimiento de Urimaco como vía alterna a los municipios de El Zulia y San Cayetano, y la comunidad sigue inconforme con el trato que los gobiernos municipal y departamental le ha dado a esta vía.
Aunque la administración departamental se comprometió a llevar carrotanques de agua y maquinaria para mejorar las condiciones de la vía, vecinos como Larry Aguas aseguran que esta intervención no duró más de dos semanas.
“Acá vivimos comiendo tierra todo el tiempo”, señaló. “Teníamos una vía medianamente transitable, y ahora por el contante flujo de tráfico pesado esta vía es un completo caos”.
Los residentes de Urimaco, Paraíso Perdido, La Florida, La Prosperidad, entre otros sectores deben lidiar con polvo y camiones en la destapada vía a diario, debido a la restricción de tráfico pesado por el puente Mariano Ospina Pérez.
En el sector conocido como La Batea, los vehículos pesados quebraron las losas de pavimento, por lo que la comunidad teme quedarse incomunicada.
“En la última reunión que tuvimos con el gobierno departamental y los encargados del mantenimiento del puente de El Zulia nos dijeron que el desvío total del tráfico se haría en enero y La Batea no va a resistirlo”, indicó el líder comunitario.
Los vecinos propusieron al gobierno departamental tener en cuenta las vías alternas a El Zulia, como lo son El Carmen de Tonchalá y el distrito de riego, y esperan que se inicie el proyecto de rehabilitación y mantenimiento de la vía Urimaco- San Cayetano prometido por la Gobernación.
El proyecto que tiene una inversión de mil millones de pesos está en licitación y empezaría a ejecutarse en febrero del año entrante, un mes después de que se cierre el Mariano Ospina Pérez para su repotencialización.
