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Cácota, el municipio que fue epicentro del cultivo de trigo

El molino Sucre, un siglo de historia y de olvido donde pasaron toneladas del grano.

La historia del trigo en las montañas de Cácota está ligada al desarrollo de ese municipio. El grano fue traído y cultivado por primera vez por los conquistadores españoles en 1541, en Tunja. 

Años más tarde se extendió por Pamplona, Silos y Mutiscua. Inicialmente las cosechas cubrían la demanda interna. Poco a poco fue tomando fuerza y a partir de 1900, surgieron grandes cultivos de la llamada bonanza amarilla, color que tiene el trigo cuando está maduro y listo para segar.

Fue tanto el crecimiento que en Cácota personas como Ignacio Pulido, construyeron molinos, en este caso el Sucre, que data de 1917.

A pesar de los 100 años que cumplió, parte del inmueble de dos pisos se mantiene en pie; resistiendo los embates de la naturaleza y la falta de dinero para recuperarlo.

Por el molino Sucre pasaron toneladas del grano, que eran movidos por la acción del agua, poleas, ruedas de piedras, madera y la tolva. De todo esto quedan pocas cosas, arrumadas en el primer piso y en la parte superior del amplio salón en donde se almacenaba el trigo en grano y molido.

En la vieja casona cesaron las actividades al promediar 1957. Este fenómeno también se dio en Pamplona, Mutiscua y Málaga (Santander), que a partir de 1924, construyeron molineras para atender la demanda que se presentaba en la región Andina.

Los sistemas de molienda pararon con la llegada de harina de trigo producida en el interior del país y de Venezuela.

Los cerros teñidos de verde y amarillo, no se volvieron a ver. En el caso de Cácota, al año se dan pocas cosechas del cereal que es utilizado para el consumo interno, tal como empezó hace más de 100 años.

El trigo fue la base fundamental en la elaboración de panes, tortas, galletas, roscones, coladas y la tradicional sopa casera.

Los recuerdos

Leonardo Acevedo Eugenio, natural de Cácota, quien tiene a cargo los predios ubicados en la vereda Tabichá, recordó que cuando llegó a vivir en el inmueble hace 50 años, ya no funcionaba. 

Estaban desarmadas las poleas, ruedas, bandas y cernidores que años atrás se utilizaban para moler el trigo. Los predios en donde funcionaba el molino fueron embargados por una entidad bancaria y el anterior propietario, Ramiro Celis, lo salvó. Después lo vendió a Luis Francisco Acevedo a principios de 1960, logrando mantenerlo en pie.

La hermana de Leonardo, Fabiola, quien también habita la casona que hace parte de la estructura del molino, expresó que ella colaboraba en las labores del campo cuando el papá Luis Francisco Acevedo, cultiva trigo.

La maestra Matilde Villamizar Acevedo, sobrina de Leonardo y Fabiola, solicitó a las autoridades municipales, la recuperación del molino Sucre, que se podría convertir en un bien de interés cultural.

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Domingo, 12 de Marzo de 2017
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