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Siguen creciendo las invasiones en el anillo vial occidental

Pese a esto, quienes allí habitan dicen que cada vez es más difícil vivir en los asentamientos.

A cambio de tener una vista privilegiada y disfrutar de una refrescante brisa, la familia Gélvez renunció a tener los servicios públicos básicos hace cuatro años cuando se instalaron en Talento parte alta, en la cima del cerro que colinda con Urimaco.

Desde allí, en la última casas de Cúcuta, pasan sus noches entre velas y linternas. Un televisor encendido en alguno de los ranchos vecinos es todo un suceso.

La semana pasada, don Ramón compró una planta eléctrica y prendió el televisor y en menos de 10 minutos su casa estaba llena de niños que querían ver una dibujos animados”, explica Emerita Gélvez.

Aunque Gélvez tiene su propio televisor, no tiene energía eléctrica para encenderlo, dejó de tomar jugos naturales porque no puede prender la licuadora y toma agua caliente porque tampoco puede conectar su nevera.

Acá, un hielo vale 400 pesos y son pocos los que tienen planta eléctrica”, explica la mujer.

Vivir en uno de los sitios más recónditos de la ciudad ha sido difícil, asegura, pues solo hasta hace cinco meses pudo contar con el servicio de pila pública para el agua del hogar.

Meses atrás ,pagaba 28 mil pesos cada 15 días por llenar, desde un carrotanque, su pileta de 2 mil litros.

Carecer de los servicios  públicos es el precio, que, según Gélvez,  paga por vivir en la ilegalidad y ahorrarse lo del arriendo.

En las mismas condiciones viven Inocencio Eslava y su esposa. Para entrar y salir de su casa deben atravesar durante media hora el asentamiento a pleno sol.

Las máquinas que subieron al cerro para abrir los pasos vehiculares fueron las únicas que interrumpieron el silencio de esta zona.

Aunque Talento parte alta está lleno de ranchos, el silencio reina en sus destapadas calles.

Una promesa de legalidad

Sin embargo, la ama de casa y sus vecinos guardan la esperanza de legalizarse. Aseguran que el alcalde, César Rojas, les prometió en campaña ayudarles en la legalización de predios, a cambio de su voto.

Carteles y calcomanías con la foto de Rojas se pueden observar en las puertas y ventanas de madera.

Las amenazas de desalojo dejaron de ser el ‘coco’ de  Talento,  Colina Real, Nueva Ilusión, La Fortaleza, Alfonso Gómez, La Flor, entre otros asentamientos,

En estos sectores consideran al nuevo alcalde su salvador, pues a la fecha no ha amenazado con sacarlos de los predios invadidos.

Mientras gestionan los permisos necesarios para tener energía eléctrica y, porqué no, alumbrado público, la comunidad asegura que tienen un respaldo municipal para no irse.

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Lunes, 15 de Febrero de 2016
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