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‘Sustitución y erradicación no deben ser voluntarias sino obligatorias’

Iván Duque, precandidato uribista, habló en exclusiva con La Opinión.  

El senador Iván Duque, del Centro Democrático, fue uno de los primeros en lanzarse al agua para la carrera presidencial de 2018 y si bien todavía no es el acreedor del aval de su colectividad, es hoy por hoy el uribista que más suena, sobre todo después de que Oscar Iván Zuluaga decidiera marginarse.

Desde enero viene recorriendo el país para dar a conocer las bases de la propuesta con la que aspira llegar a la contienda de mayo del próximo año y, por supuesto, a la Casa de Nariño, el 7 de agosto.

Duque visitó el viernes Cúcuta y La Opinión conversó con el precandidato sobre sus propuestas para Norte de Santander, la coyuntura actual, los cambios que le haría el uribismo al acuerdo de paz, entre otros temas.

¿Cuál es la apuesta de Iván Duque para ‘retomar el rumbo’?

Me he enfocado en cuatro grandes tremas: primero, la recuperación económica, que va de la mano con la urgente necesidad de generar empleos formales en el país. Segundo, la focalización del gasto social. En tercer lugar, queremos hacer una estrategia muy clara de confrontación a dos brotes de ilegalidad: la corrupción y la inseguridad. El cuarto frente de nuestra estrategia es cómo vamos a generar más innovación y más empleo juvenil, con tecnología y economía naranja.

En Norte de Santander preocupa, especialmente, el tema económico y la generación de empleo, ¿cuál cree usted que sería la estrategia para ayudar a paliar la difícil situación de esta región?

Para reactivar la economía tenemos que darles más incentivos a la inversión y esto tiene que venir de una reducción de tarifas corporativas. Eso se permite porque vamos a reducir al máximo los gastos innecesarios del Estado, casi que a eliminarlos. Vamos también a impulsar una lucha contra la evasión, para tratar de reducirla por lo menos en un 40% en los dos primeros años de gobierno y una reingeniería al tamaño del Gobierno Central. Por esa vía queremos más inversión, agilizando, entre otras cosas, las devoluciones de impuestos  y poder tener una diferenciación de tarifas entre micro, pequeñas, medianas y grandes empresas.

A propósito del departamento, ¿qué planes concretos hay en su agenda para Norte?

Aquí tenemos que separar una agenda para Cúcuta y una agenda para el resto del departamento. En el caso de Cúcuta he venido planteando desde hace mucho tiempo que debe tener una especie de vocación de ser una ciudad franca por un periodo de 10 años, para ir reduciendo esa dependencia del comercio binacional. Complementario a esta declaración se necesitan las arterias viales para facilitar los corredores de competitividad y tener incentivos para ser una especie de corredor logístico que integre el norte con el centro del país. Estamos proponiendo que tengamos, por lo menos, exenciones de cinco  años de impuesto de renta para todas aquellas inversiones agroindustriales, de la mano con pequeños productores, que generen más de 50 empleos formales permanentes.

Hoy preocupa también la avalancha de venezolanos que  está desbordando la capacidad de la ciudad y la región, ¿qué hacer?

Es un tema muy difícil. Primero, hay que reconocer que el pueblo venezolano, por muchas décadas, acogió a miles de colombianos, cuando el país tenía condiciones muy precarias en materia social. Entonces, creo que Colombia tiene que encontrar un balance entre ser un bueno vecino y saber mitigar o prepararse para los riesgos humanitarios. Desafortunadamente, el abandono de este Gobierno no ha hecho ni lo uno ni lo otro. 

La carrera hacia 2018

Si en 2014 la bandera de campaña fue la paz, ¿cree que en la de 2018 será la corrupción la que agite la movida electoral?

Los problemas de Colombia son integrales. Quienes quieren centrar esta discusión en la corrupción, a mí me parece que tienen un discurso de doble moral, porque son bastante estridentes hablando de la corrupción, pero son los mismos que van al Congreso a promover la impunidad para los máximos responsables de crímenes de lesa humanidad. 

El contralor Edgardo Maya advirtió hace algunos días que hoy ninguno de los candidatos que figura en la baraja presidencial está predestinado a ganar por los escándalos de corrupción, ¿qué le responde?

También creo que aquí no hay predestinados. El que sea presidente será el que se gane el corazón de los colombianos. El presidente que se merece Colombia es el que tenga propuestas construidas de abajo hacia arriba para enfrentar los grandes desafíos de nuestra Nación.

¿Cómo recuperar la confianza de los colombianos en los partidos, ante las revelaciones que se han venido haciendo, como el caso de Odebrecht, y que, incluso, salpica al Centro Democrático?

Primero, los organismos de control tienen que llegar hasta el fondo con lo de Odebrecht. Esa empresa es claramente una empresa criminal, por eso la denuncié ante la Superintendencia de Industria y Comercio, pero no nos debemos quedar solamente en Odebrecht. Esta compañía no puede terminar siendo el chivo expiatorio de toda una red de corrupción. El país necesita saber cuál es el resto de los Odebrecht que existen.

Usted también terminó mencionado en ese escándalo, ¿le preocupa que más adelante sus planes electorales se compliquen por esto?

He sido muy claro al respecto y por eso presenté un comunicado explicando mi situación. Después de un largo periodo de no estar en el país regresé y se me ofreció ayudar a elaborar un plan de gobierno. Viajé a Brasil invitado y pagado por el candidato Oscar Iván Zuluaga. Ahí no se habló de ninguna oferta económica; no tuve ninguna vinculación laboral con la campaña y no manejé ningún tipo de responsabilidad administrativa, contable o financiera. Espero que las autoridades dejen eso absolutamente claro. Mi hoja de vida está abierta al escrutinio público y como no tengo rabo de paja, me puedo arrimar a la candela.

Proceso de paz

Si bien hay una figura para blindar el acuerdo de paz durante los próximos  gobiernos, de llegar a la Presidencia, ¿revocaría lo pactado con las Farc, como propone Uribe?

Lo que esperamos es que con el mandato popular que nos permita llegar a la Presidencia en 2018, tengamos la legitimidad para corregir todo aquello que no responda al interés público nacional.

¿Qué cambios concretos le haría a lo acordado en La Habana?

Para empezar, la sustitución y la erradicación de cultivos ilícitos no deben ser voluntarias sino obligatorias. Segundo, aquí se tiene que retomar la aspersión aérea como un mecanismo de lucha contra el narcotráfico. Tercero, armas no entregadas y recursos ocultos para la reparación de las víctimas implican un delito nuevo y los cabecillas perderán todos los beneficios. Y la JEP (Justicia Especial para la Paz) que se debería llamar JEF (Justicia Especial para las Farc) también necesita una revisión exhaustiva.

Sobre el Centro Democrático

¿Por qué cree que el Centro Democrático podría dar la sorpresa en 2018, como sucedió en el plebiscito?

Hemos construido un partido que ha defendido el principio de una política de propuestas, de proyectos, de diálogo con la ciudadanía. Esa es la política que los colombianos están reclamando. Si seguimos haciendo la política de esa manera y no se cae en tentaciones de algunos sectores, vamos a tener allanado el éxito.

¿Es partidario de una alianza con los conservadores que promovieron el ‘No’?

Tengo un gran respeto y afecto por la base conservadora; por esos ciudadanos que han querido conservar la legalidad. Creo que las alianzas que se puedan construir tienen que ser sobre la base de una identidad programática y unos principios que queremos defender en nuestra obra de gobierno. Si son solamente alianzas pensadas como matrimonios por conveniencia, con la calculadora transitoria, estas no hacen bien. 

¿Cree que Oscar Iván Zuluaga volverá a la contienda, o lo descartan definitivamente para 2018?

He dicho públicamente que deseo que él salga exitoso de la situación que está enfrentando y que una vez lo haga reanude su incorporación a esta contienda. Lo que el partido necesita es que esta contienda sea enfocada en propuestas, proyectos y visión de país, y no caer en ningún tipo de pelea personal. 

¿Es consciente de que, en buena medida, un triunfo suyo sería producto de lo que representa para muchos el expresidente Uribe, como sucedió en las elecciones de Congreso?

No tengo complejos de inferioridad. Somos un partido que ha sido orientado por el legado del presidente más exitoso que ha tenido el país en su historia reciente. Hacer equipo con una persona como el presidente Uribe,  para transformar a Colombia, es algo que me llena de orgullo y no de inseguridades.
 
¿Con quiénes se ve compitiendo en 2018?

Creo que uno siempre tiene que vender su producto, sin estar pensando cuál es el producto del competidor.

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Lucy Araque
Lucy Araque
Sábado, 25 de Marzo de 2017
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