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Se avecinan tiempos muy buenos para el departamento: Yebrail Haddad

El ocañero renunció al cargo de secretario de Gobierno de Norte de Santander para emprender nuevos caminos en la política.

Desde el pasado miércoles, el abogado ocañero Yebrail Haddad Linero hizo efectivo su retiro  de la Secretaría de Gobierno de Norte Santander, tras un año de gestión en ese despacho.

Su decisión se venía comentando desde hace varios meses, puesto que sus intereses están centrados en el escenario político que se avecina.

Aunque todavía no ha decidido si le apostará a los comicios legislativos de 2018 o se la jugará nuevamente por la Alcaldía de su municipio, Haddad prefirió dar un paso al costado para evitar posibles inhabilidades.

Sobre sus aspiraciones, el panorama del departamento y los proyectos que se avecinan habló el exfuncionario con La Opinión.

Renunció usted a la Secretaría de Gobierno con tan solo un año de desempeño. ¿Es este un paso decisivo para  las próximas elecciones?

Tomé la decisión de renunciar por razones de índole personal. Quiero emprender otros proyectos, dentro de los cuales privilegiaré lo académico. No obstante, debo confesar que los debates electorales me resultan fascinantes. El señor gobernador tuvo a bien ratificar en su continuidad para 2017 a todo su gabinete, incluyéndome por supuesto,  circunstancia que sumada al hecho de que me diera el honor y el privilegio de representar a la provincia de Ocaña en el gobierno departamental me permite afirmar mi profunda gratitud, lealtad y reconocimiento a su liderazgo y vocación de servicio a perpetuidad.

¿Cuál es su aspiración de cara a la oferta electoral que ya está prevista?

La renuncia que ya me fue aceptada, de contera me permite quedar habilitado para las futuras contiendas electorales. Sin embargo, para desarrollar mis proyectos y servirle a mi departamento no necesariamente debo hacerlo desde las dignidades que se adquieren mediante elección popular.

¿Qué balance tiene de su gestión en la Secretaría de Gobierno?

Muy satisfecho. Me voy con la tranquilidad del deber cumplido.

Todo se hizo siguiendo las orientaciones del gobernador William Villamizar Laguado, a quien considero un estadista. Logramos cumplir con un poco más del 98 por ciento de las metas que me fueron encomendadas y que para el sector, se recogieron en el Plan de Desarrollo “Un Norte productivo para todos”; abriendo las puertas a un departamento más seguro, incluyente, respetuoso de los derechos fundamentales y preparado para los retos que demanda el postconflicto.
 
A propósito del posconflicto, ¿cree usted que Norte de Santander está preparado para los desarrollos que requiere el proceso de paz?

El Gobierno Departamental ha respaldado decididamente los esfuerzos del nivel central para consolidar los acuerdos de paz con las Farc, y en esa vía desde sus inicios ha venido robusteciendo estrategias y herramientas que permitan al territorio superar debilidades institucionales, por una parte, y presentar ante el Gobierno Nacional iniciativas y propuestas para avanzar seriamente en la superación de las necesidades básicas insatisfechas y la reconstrucción del tejido social, por la otra,  enfatizando en aquellos municipios que históricamente han sido golpeados por el conflicto armado.

¿Cómo ve al Eln en su nuevo escenario de negociación con el Gobierno?

La paz en Norte de Santander no será completa en la medida en que no se resuelva el conflicto con el Eln, el alto gobierno decida cómo va a enfrentar a la delincuencia organizada y qué tratamiento dará al reducto del Epl. Nosotros celebramos todas las iniciativas para la resolución pacífica del conflicto armado interno, pero sabemos que al diálogo con el Eln le espera un camino más lento y tortuoso que el que se transitó con las Farc.

¿Es realmente perturbador el paramilitarismo en Norte Santander?

El ministro de la Defensa y los altos mandos militares y de policía han sido enfáticos en señalar que no hay paramilitares en Norte de Santander.  No obstante, mientras exista una sola agrupación armada, con el nombre que usted quiera ponerle, que amenace, extorsione, secuestre, asesine, realice actividades de narcotráfico, genere zozobra a la población civil y rete a la institucionalidad y al aparato coercitivo del Estado, la consolidación de la democracia, las libertades públicas y, en general, los postulados del Estado de derecho estarán en entredicho, lo cual es realmente perturbador.

Ha habido muchos homicidios en Cúcuta en lo que va corrido de 2017, ¿qué piensa de esa situación?

El derecho a la vida es sagrado y aún nos falta mucho por hacer para lograr que toda la sociedad rechace al unísono cualquier acto tendiente a quitar o amenazar la vida de las personas, incluso, tratándose de quienes se encuentren inmersos en la ilegalidad. Está haciendo carrera en el imaginario social la premisa a partir de la cual todo aquél que fue asesinado “algo tiene que deber”, lo cual ha facilitado la pérdida de sensibilidad en la comunidad, debilitando la capacidad de movilización social y de respuesta frente a hechos que culturalmente deben ser objeto de reproche.

¿Cómo van las soluciones para el Catatumbo?

Doy fe de que el gobierno de William Villamizar Laguado ha hecho ingentes esfuerzos por avanzar  y procurar ir saldando la deuda social que tiene el Estado con la región del Catatumbo. Y a pesar de que hace falta más compromiso del Gobierno  y que apenas ha transcurrido el primer año de este periodo, se está trabajando incansablemente por definir y afianzar una planta de docentes oficiales en los municipios de la zona, por sacar adelante proyectos de vías e infraestructura, como el anillo vial del Catatumbo, por facilitar condiciones para la productividad, la inclusión social, la promoción de los derechos humanos y la seguridad y la convivencia ciudadana. En no pocas ocasiones he escuchado cuando el gobernador imparte instrucciones con miras a consolidar el deseo que tenemos los provincianos en materia de salud, pues al igual que él todos soñamos con que “el hospital de Tibú sea como el de Ocaña, que el de Ocaña sea como el de Cúcuta y que el Erasmo Meoz no tenga nada que envidiarle a la Clínica Ardila Lulle en Bucaramanga o a la Santafé, en Bogotá”.

¿Qué piensa de los escándalos de corrupción en el departamento?

No sé a cuáles escándalos se refiere concretamente, pero supongo que tiene que ver con los políticos puesto que la creciente corrupción privada en el país  poco se destaca en los titulares de prensa a nivel nacional. Tildar a un político de corrupto es “deporte nacional” y por tanto, tristemente se ha invertido la carga de la prueba y ahora todos somos corruptos hasta que se demuestre lo contrario.  Por supuesto que hay corrupción en la política, y me refiero en términos globales, debido a que tristemente es el cáncer de todas las democracias que como la nuestra son altamente imperfectas. El cáncer hace metástasis con la forma como se financian las campañas y como algunos electores hipotecan su voluntad soberana al mejor postor, entre otros aspectos.

¿Cuál es su visión de la política regional?

Se avecinan tiempos muy buenos para el departamento.

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Cicerón Flórez Moya
Cicerón Flórez
Sábado, 4 de Febrero de 2017
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