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Política
Me verán pronto defendiendo la paz en las calles: Juan Fernando Cristo
El ministro del Interior dejará el cargo para dedicarse a hacer campaña por la consolidación de la paz.
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Colprensa
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Domingo, 1 de Enero de 2017

Después de un año altamente agitado en el que tuvo que sortear grandes retos y obstáculos para hacer posible el histórico logro del 2016, la paz con las Farc, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, analiza lo que vendrá para este 2017. 

Un año en el que, asegura, se irá del Gobierno para salir a defender en la plaza pública, y muy seguramente en campaña, la consolidación de esa paz que fue posible después de medio siglo de confrontación armada.

A Cristo se le nota el desgaste. Reconoce que el que termina fue un año muy duro, que el resultado del plebiscito lo afectó mucho, pero que ya con el proceso de paz refrendado y con las primeras leyes andando, puede decir que cumplió el cometido.

El ministro, además, considera que en 2017 la paz se deberá consolidar a partir de un trabajo conjunto entre el Gobierno, los gobernadores y alcaldes, esto para que la presencia del Estado en las regiones a las que el conflicto golpeó fuertemente, se sienta pronto.

El político cucuteño cree que la posibilidad de agitar las banderas del liberalismo en la campaña que se avecina no está lejana.

¿Pensó que en 2016 iba a ser tan difícil llegar a donde se llegó con el proceso de paz con las Farc?

Sabíamos que un proceso de paz de estas dimensiones estaría lleno de tropiezos, dificultades, más cuando es el primer proceso de paz en Colombia que tiene una oposición deliberante, permanente y agresiva. Pero debo confesar que nunca estuvo en los planes perder el plebiscito del 2 de octubre, y esa derrota naturalmente tuvo unas consecuencias sobre el proceso; unas consecuencias políticas que son las que se han tratado de superar durante estos últimos tres meses. Sin embargo, terminamos el año con un balance muy positivo en medio de esas dificultades. Fue un año de subes y bajas, de luces y sombras, que termina con una perspectiva muy positiva, pues ni más ni menos que antes de terminar mayo, las Farc no van a existir como movimiento armado y se iniciará su transformación como partido político.

¿Entre esos ‘pecados’ que deja el 2016, está el haber desconocido a la oposición hasta antes del plebiscito?

No, nunca se desconoció. Creo que la oposición siempre estuvo ahí, abierta, siempre en contra del proceso de paz de La Habana, siempre con unas diferencias muy profundas que no se pudieron zanjar después del 2 de octubre, cuando hicimos un ejercicio de diálogo muy amplio sin antecedentes en el país con los sectores del ‘No’, lo cual permitió mejorar los acuerdos de paz. El resultado del plebiscito no se puede entender como subvalorar lo que es la oposición.

Pero, ¿sí se mejoró esa relación después del 2 de octubre y cómo será para lo que viene frente a la implementación?

Nosotros seguimos insistiendo en un acuerdo nacional para la implementación. Entendemos que en esta primera ley, la de amnistía, era muy difícil avanzar en esa concertación, pero seguimos abiertos al diálogo y vamos a insistir en que lo mejor para el país es hacer una implementación concertada, efectiva, porque finalmente ya el Acuerdo de Paz existe. El éxito de la consolidación de la paz territorial va a beneficiar en los campos y ciudades a los colombianos que votaron por el ‘Sí’ y por el ‘No’.

¿Sí cuenta el Gobierno  con el apoyo total de las mayorías para tramitar los proyectos en el Congreso? 

Al Gobierno no le puede preocupar que haya discusión alrededor de la implementación, que haya debate, que hayan ideas distintas; ese debate es sano para que hagamos una buena implementación. El Gobierno está dispuesto y abierto a esa discusión, lo que debemos tener claro es que esta es una vía rápida, que el debate es bienvenido, y los aportes son recibidos en la medida en que contribuyan a mejorar los textos y que se preserve lo pactado en el Acuerdo del Teatro Colón.

¿No le preocupa que todo este debate de la implementación sea marcado por el tema político y más en un año preelectoral?

Siempre ha estado cruzado por el tema político en el proceso de paz. ¿Usted cree que la oposición al proceso era solo por razones filosóficas?

Pero es que ya no solo será Álvaro Uribe, estará Germán Vargas Lleras también...

Creo que Cambio Radical votó la Ley de Amnistía y ha expresado su compromiso con la paz. Esperamos que lo sigan manteniendo.

¿Los cambios que se hagan en las reformas tramitadas en el Congreso serán consultados con las Farc?

En los propios acuerdos está claro que el Gobierno presenta los proyectos a las Farc, para escuchar también sus comentarios, al igual que se escuchan los comentarios de las otras bancadas y es el Gobierno el que toma la decisión final. Esto es un preámbulo de lo que se trata ya la presencia de los voceros de las Farc en el Congreso.

¿La oposición insistió en que la amnistía beneficiará a los grandes jefes de las Farc?

Está absolutamente claro, nadie puede tener ninguna duda: ni para los militares, ni para los guerrilleros que hayan cometido crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad y genocidio, cabrá el beneficio de la amnistía o de los indultos. Para ellos habrá un mecanismo de justicia transicional, unas penas alternativas, una restricción de la libertad entre cinco y ocho años si acuden a la Justicia Especial de Paz, si reconocen la verdad, si se comprometen en la reparación de las víctimas y con las garantías de no repetición.

¿Cómo harán para que la llegada del Estado a las regiones más afectadas por el conflicto sea efectiva y que no se enrede por la ‘contratitis’?

La paz en los territorios necesitamos implementarla con éxito, especialmente en las zonas de conflicto. Necesitamos trabajar con alcaldes y gobernadores; se necesita ocupar institucionalmente los espacios que están dejando las Farc. Allí va a haber dificultades propias del Estado, pero soy optimista de que se va a lograr. Necesitamos descentralización, entregar más autonomía e independencia a la región. Hay temor en algunos sectores de la sociedad por esa percepción que se ha generalizado de que hay graves problemas de corrupción a nivel territorial, pero tenemos que sentarnos y ser capaces de encontrar un justo equilibrio en esa materia.

En ese sentido, ¿qué va a hacer el Gobierno?

Para eso, el presidente de la República tiene unas facultades extraordinarias. Puede expedir decretos legislativos para organizar de mejor manera la contratación, tener unos casos excepcionales para que con agilidad y eficacia se puedan hacer contrataciones rápidas, pero garantizando la transparencia.

¿Cuándo empezará a hacer uso de esas facultades el presidente Juan Manuel Santos?

Ya expedimos el primer decreto. El que traslada la Agencia de Desarrollo Territorial, que tiene mucho que ver con la implementación de la paz territorial, que hoy está dependiendo del Ministerio de Agricultura, a la Presidencia de la República, bajo la coordinación del alto consejero para el Posconflicto.

Planes a futuro

¿Usted se imaginó que terminaría como negociador del proceso de paz?

Cuando llegué al Ministerio del Interior no tenía expectativa en esa naturaleza, porque ya avanzaba la negociación; no era parte de mis funciones. La confianza del presidente Santos en esta última etapa del proceso me llevó a participar activamente del mismo, ahora en la Comisión de Implementación. Es una oportunidad muy grande que he tenido en la vida para trabajar en un tema en el cual creo en la necesidad de que nos reconciliemos.

Usted es uno de los liberales que logró hacer la paz, ¿cómo marcará eso sus planes futuro?

Quien diga, de los que hemos estado en este proceso, que no le va a marcar para toda la vida, está faltando a la verdad. Este ha sido un año apasionante en el cual yo creo que con todos los triunfos y derrotas, las cosas dulces y los sinsabores, va a ser un año que marcará la historia del país para las próximas generaciones y tener la posibilidad de participar en esos cambios, sin duda alguna, ha sido una oportunidad.

Hoy hace la política desde el Gobierno, ¿cuándo volverá al otro lado?

Me preguntaban hace poco que en dónde iba a estar en diciembre de 2017, y lo que digo es que lo único seguro es que no estaré sentado en esta silla, en esta oficina (el Ministerio). ¿Dónde estaré?, no sé, pero estaré ejerciendo la política y la política de paz.

¿Por qué no se ve hasta el final del gobierno Santos?

Porque se van cumpliendo unos ciclos. Ha sido una tarea intensa, la confianza que me ha dado el presidente es enorme y la agradezco infinitamente y hay que ir pensando en que no todos los ministros son eternos.

¿Lo vamos a ver pronto haciendo campaña?

Me verán pronto defendiendo la paz en las calles.

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