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‘Los alegres de Galán’ mantiene vivo parque de Ocaña

Abel Contreras, precursor del grupo, aprendió desde niño a tocar la guitarra con una peinilla.

El parque 29 de Mayo es punto de encuentro de la cultura ocañera. Mientras unos van afanados con rumbo al trabajo y otros se quejan por el salario mínimo, los artistas callejeros solo se preocupan por ponerle alegría al día y agradar a los transeúntes con canciones para que les den una mejor propina.

Uno de ellos es Abel Contreras, campesino desplazado del Catatumbo, quien aprendió desde niño a tocar la guitarra con una peinilla, para no maltratarse los dedos con las cuerdas. Él, luego del trago amargo de abandonar la finca, decidió salir a las calles con su hija Nelly, quien canta mientras su padre le saca melodías a la vieja guitarra.

Ahora, los hijos de Abel crecieron y formaron un trío, especialistas en música carranguera y rancheras. El espectáculo es admirado por los ocañeros y lo califican de terapia para la tercera edad, que se reúne en el parque a hablar y cuando la música toca sus fibras, buscan pareja y azotan baldosa.

Acto seguido, los ocañeros buscan el sombrero de los artistas para dejar unas monedas como propina, el sueldo de los artistas callejeros.

Abel recuerda que su niñez transcurrió en el campo trabajando de sol a sol, en las montañas del Catatumbo, hasta cuando llegaron hombres armados quienes lo obligaron a dejar las parcelas abandonadas.

“No estudié porque en ese tiempo no habían escuelas, pero mis padres me enseñaron valores. He trabajado honestamente para ganarme el pan de cada día y con la música he formado a mis hijos, dejando un legado de amor por el arte”, exclama el músico.

Cuando el trío ‘Los alegres de Galán’ no está en el parque, es contratado para animar bailes familiares. El sueño de los artistas es que los dejen cantar en las festividades que se cumplen en el municipio, como teloneros de artistas de talla nacional e internacional.

Mientras eso sucede, seguirán animando los días en el parque de Ocaña, donde los aplausos son un antídoto para los problemas.

*La Opinión

Martes, 9 de Febrero de 2016
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