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Fiscalía y Procuraduría piden condena para exconcejal Julio Vélez

Este viernes será el turno para que la defensa convenza de que contrariamente se trató de un suicidio.

Tanto la Fiscalía como la Procuraduría y el representante de las víctimas pidieron, ante el Juzgado Segundo Penal del Circuito de Cúcuta, que el exconcejal Julio Vélez González sea condenado como responsable por la muerte de su esposa María Claudia Castaño Avendaño, ocurrida en abril de 2010.

Dicha petición fue elevada, ayer, en la audiencia de los alegatos finales del juicio y este viernes será el turno para que la defensa del imputado convenza de que contrariamente se trató de un suicidio.

Para el ente investigador, las pruebas, testimonios y análisis de peritos aportados a la investigación, llevan a concluir que la muerte de María Claudia correspondió a un homicidio perpetrado por su esposo.

Entre algunos de los puntos analizados y expuestos por la Fiscalía, refirió inicialmente que cuatro de los testigos que estuvieron en la casa donde ocurrieron los hechos, en el barrio Quinta Bosch, no fueron coincidentes en señalar la posición del cuerpo de María Claudia en el momento que agonizaba en el suelo. Pero, sí en la acomodación de un revólver, calibre 38, sostenido en su mano o en medio de las piernas.

Para la Fiscalía, este último detalle, no coincide con la realidad de un suicidio, porque según lo expuesto por los expertos, toda arma de fuego ejerce una fuerza de retroceso, lo  que sumado a la lesión por el tiro en el cráneo es “imposible” que el revólver quedara junto a ella. “Estaba descerebrada y no podía, por ningún modo, permanecer con el arma en la mano como manifestaron los testigos”.

De igual manera, cuestionó la ausencia de rastros de sangre tanto en la pared, a pocos centímetros de distancia de María Claudia, como en un cuadro muy cercano, donde los investigadores de la Sijín  ubicaron un orificio y la ojiva de una bala (cuadro que no fue embalado como evidencia).

Mucho tiempo

Entre 45 minutos y una hora transcurrió para que María Claudia fuera trasladada a la Clínica Santa Ana. ¿Por qué no hubo una reacción instintiva de llevarla de inmediato?, se preguntó la Fiscalía.

Frente a este interrogante, consideró que en la escena de los hechos se congregaron al menos cinco personas, entre ellas, un cuñado de Julio Vélez, quien es médico, pero su labor principal consistió en retirar el arma de fuego delicadamente con un pañuelo, antes que tomarle los signos vitales a la joven y ayudarla a evacuar al centro médico.

La que sería la prueba ‘reina’ para esclarecer este caso y que probaría quién de los dos accionó el arma, estaba en las manos de María Claudia o de Julio Vélez, pero no fue así. Ambos dieron negativo en la prueba de residuos de pólvora.

Lo curioso -dijo la Fiscalía- es que se probó que la cobija en que fue envuelta María Claudia, para ser evacuada desde la casa, sí arrojó rastros de pólvora, además de sangre. 

La versión aportada por  una enfermera de dicha clínica precisó que nunca lavan las manos de los pacientes antes de las intervenciones quirúrgicas y en el caso de María Claudia el procedimiento para salvarle la vida se habría limitado a una desinfección de un área del brazo para canalizarla y nada más.

La camisa

Según testigos, Julio Vélez ingresó a la clínica Santa Ana con una camisa a cuadros impregnada de sangre, pero luego una familiar le trajo una blanca para cambiarse.

“Al indagar sobre la camisa a cuadros, esta desapareció. Cuando se registró la toma de muestras en las manos de Julio Vélez, ya se las había lavado”, subrayó la Fiscalía en sus alegatos.

El primer resultado de la necropsia practicado por el Instituto de Medicina Legal determinó que el disparo que recibió María Claudia ingresó por la parte izquierda del cráneo, pero en pleno juicio el forense admitió una equivocación y corrigió que fue por el derecho.

Por esta y otras imprecisiones la Fiscalía considera que se alteró la escena de los hechos y se trató de un homicidio por parte de su esposo. Por ello, pidió entre 400 y 600 meses de prisión para Julio Vélez, es decir, de 33 a 50 años.

Una vez escuchadas las partes y analizado el material probatorio, el Juzgado citará a una nueva audiencia, para la lectura del sentido del fallo, sea condenatorio o absolutorio.

¿Quién disparó?

El representante de las víctimas cuestionó varios aspectos, entre ellos, que Julio Vélez no reaccionó  cuando supuestamente María Claudia fue a buscar el arma de fuego, en la caja fuerte de la habitación, sea para suicidarse o atacarlo, después de sostener una discusión.

Dijo que las unidades de la Sijín de la Policía Metropolitana no tomaron muestras del charco de sangre dejado en la escena de los hechos, tampoco de las huellas dactilares o sangre impregnadas en el arma de fuego y menos a la ojiva hallada detrás del cuadro, de la cual, no se precisó ni el tipo de calibre.

“En este caso se equivocó el médico forense, el balístico, el planimetrista, el topógrafo, el fotógrafo. Todos se equivocaron. Si ninguno de los dos disparó, entonces ¿quién lo hizo?, se cuestionó el defensor.   

Por su parte, el representante del Ministerio Público agregó que no podía decretarse un suicidio en ausencia de las evidencias y la tesis de la Fiscalía demuestra que María Claudia fue ultimada por un disparo.

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Jueves, 16 de Febrero de 2017
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