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‘Somos más ardientes que una niña de 20’
Queremos resaltar que las mujeres de más de 50 años somos más mujeres que nunca.
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Kathy Silva
Lunes, 29 de Mayo de 2017

No necesita carta de presentación, su trayectoria en televisión, cine y teatro hablan por sí sola. Kristina Lilley, nacida en Nueva York, de padre americano y madre noruega llegó a Colombia a mediados de los años 60, y desde los 12 años ha labrado una ascendente carrera artística.

La actriz quien se enamoró de Colombia y además de ser un fuerte referente en la actuación, es madre. “Tengo dos hijas: una de 28  y de 23. La menor estudió actuación en la casa de teatro en Bogotá, pero las dos viven en Estados Unidos y trabajan con las fuerzas militares”.Se describe como una mujer emocional, feliz, triste, insegura y muy fraternal. Una de sus debilidades es cuidar de sus seres queridos. Toda esta breve descripción es lo opuesto a lo que acostumbra  hacer en televisión cuando se mete en el papel de  villana. En su trayectoria ha hecho de todo tipo de personaje, pero le encanta ser la villana de la historia. “Me parece muy divertido, porque en la preparación del personaje busco extremos en enfermedades mentales y así justifico todo lo que hacen las villanas, por eso es que salen personajes tan fuertes, y no porque sean enfermas mentales sino por tener ciertas características”.Uno de los personaje que la ha marcado: Marcela Mejía en ‘Copas Amargas’, una mujer alcohólica y vivió un proceso de rehabilitación y superación. “Fue muy difícil, porque era un personaje de la vida real”. Actualmente actúa en ‘La ley del corazón’ interpretando a María Eugenia, la mamá de Pablo Domínguez, una mujer amable y entregada con su hijo, tal  como se describe en la vida real.A sus 54 años sigue siendo una señorota. Cuenta con su cirujano plástico de cabecera, y su entrenador a quien le dedica tres días a la semana para ejercitarse, y aún sigue bailando ballet clásico. “Me gusta sentirme bien y tomar bastante agua. No soy de salir a rumbear me quedo en casa, no tomo alcohol, porque  llevo una vida sana”.

Le fascina hacer cine. “El teatro lo estoy amando profundamente y la televisión la adoro, disfruto las tres. Me fascina actuar donde me pongan”.Se desborda en las tablas con “Caliente, caliente el show de las menopáusicas”, donde relata la historia de cuatro mujeres (Marta L. Ruiz, Maru Yamayusa y Ana C.Botero). Con este show musical ha recorrido a Colombia y ha visitado Miami, y esta vez el turno fue para Cúcuta. Le dice a todas las mujeres que no le tengan miedo a la menopausia, porque  es simplemente una etapa en la vida. “Han satanizado la menopausia: que a la mujer le sale bigote, que se vuelve masculina, que se engorda... Y no. Hay un cambio hormonal fuerte, pero la menopausia depende de cómo se mire. Queremos resaltar que las mujeres de más de 50 años somos más mujeres que nunca. No hay que tenerle miedo a la edad, al contrario, hay que sentirnos orgullosas de los años”.Sin pelos en la lengua habla  de esta etapa. Perdió la vergüenza del qué dirán hace mucho porque le es indiferente lo que digan los demás. En el show musical es la ‘cuchibarbie’ la que está con la sexualidad a flor de piel y la que le gustan los muchachitos, el llamado ‘colágeno’. Se siente orgullosa de sus 54 años, aunque indica que a esa edad llegan ciertos dolores. “Hay que envejecer con felicidad. Estoy cincuenta años más cerca de los cien”.Lo ardiente sigue prevaleciendo. “Somos hasta más ardientes que una niña de 20 años”.

Maru Yamayusa

Recordada por su papel de Josefa en la comedia de televisión ‘Dejémonos de vaina’ en 1981. Sin embargo, diez años antes estudiaba teatro y hacía ‘extras’ en telenovelas como ‘El gallo de oro’ y ‘Embrujo verde’. Llegó a ser protagonista de su propio programa: ‘Con la sartén por el mango’. Ahora con 66 años a bordo considera que  está más vigente que nunca. El tiempo lo multiplica entre las tablas, la televisión y el cine.

Martha Liliana Ruiz

Nunca le ha dicho no a nada y por eso aceptó representar a Santander en el Reinado Nacional de Belleza. Asegura que toca aprovechar el cuarto de hora y ese trampolín le sirvió para trabajar en la película Caín. De ahí en adelante llovieron ofertas para televisión. Atrás quedó la arquitectura y se curtió en teatro.Hace dos años se inspiró en las Menopáusicas, que como ella, van echando a un lado y escribió el libreto que la mantiene activa.

Ana Cristina Botero

Actriz  por tradición, por familia, por convencimiento,  por amor al arte. El ‘gordo’ Carlos Benjumea fue su gran maestro. ‘Vuelo secreto’ la marcó y está feliz porque el boom teatral está despertando.“Es un renacer  para los actores porque la televisión tiende a polarizarse, en temas que de pronto no son para uno, o no todos puede uno interpretar. Uno tiene el derecho de decir no a los temas de narcotráfico. La comedia es muy gratificante”.

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