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Río crítico

Es increíble que a un escaso par de meses de haberse terminado el fenómeno de El Niño, ya estemos nuevamente ad portas de estar en emergencia sanitaria.

Vuelve y juega, el caudal del rio Pamplonita se encuentra nuevamente en niveles críticos por cuenta de una inusitada temporada de verano inclemente, pero que dadas las condiciones de fragilidad de esta cuenca hidrográfica, basta una ausencia de lluvias de no muy larga duración para que el impacto en el moribundo río sea de proporciones graves.

No es consecuente este bajísimo nivel de caudal, si no estamos en un periodo de sequía máximo, salvo por la desmedida captación de agua que realizan a lo largo del afluente numerosos cultivos especialmente de arroz, producto que requiere ingentes cantidades de agua. Adicionalmente, otras actividades como la explotación de elementos rocosos, arena y demás productos extraídos de su cuenca también impactan de manera negativa en el caudal del río, único afluente que sirve a la bocatoma del acueducto del área metropolitana de Cúcuta.

No obstante que CORPONOR en esta administración ha mostrado una nueva cara de gestión a favor de los recursos hídricos y de la conservación del medio ambiente, con permanentes anuncios y acciones que van en esta vía, se necesita de manera urgente que muestre una real voluntad a favor del agua, terminando de la manera más pronta las concesiones que se hayan otorgado a particulares a lo largo de la cuenca del Pamplonita, quienes captan hasta dos terceras partes de su caudal, para satisfacer negocios y cultivos particulares, y dejan viendo un chispero a una población urbana cercana a un millón de habitantes, amenazados nuevamente por un racionamiento que no tiene sentido, sacrificándose un bien común prioritario que esta constitucionalmente por encima de los intereses particulares de unos pocos.

Se debe pasar de las palabras a los hechos. No más anuncios y nada de acciones efectivas, la ciudadanía espera que se produzcan sanciones y las respectivas suspensiones de estas masivas captaciones, no solamente porque se está usando de manera abusiva el agua para proveer un acueducto de una población considerable, sino porque el abuso de captación de lo que queda de caudal para no dejar la ciudad sin agua, sacrifica el caudal mínimo ecológico que debe llevar el rio para evitar la muerte de peces, los olores nauseabundos y la contaminación por aguas negras que padece el rio cuando la corriente no es suficiente para lavar esta podredumbre.

Es increíble que a un escaso par de meses de haberse terminado el fenómeno de El Niño, ya estemos nuevamente ad portas de estar en emergencia sanitaria por la merma del Pamplonita, la corta temporada de lluvias que recuperaron parcialmente el caudal, hizo que los que se sirven de sus aguas volvieran a abusar del uso del preciado líquido, subestimando las predicciones que se tenían para estos meses de fuerte verano, y no teniendo un verdadero plan de contingencia por parte de las autoridades respectivas, para racionalizar el uso del agua a lo largo del cauce del mismo.

Como siempre, las alarmas solo se encienden cuando ya es demasiado tarde. Falta voluntad política para ponerse del lado del rio, y de la población que vive de él. No es un tema aislado de una sola corporación, sino que debe ser una política seria de gobierno del departamento y de las respectivas alcaldías. ¿Dónde están las voces de estos servidores públicos cuando se habla del tema? ¿Será que nada se les ocurre en sus febriles mentes?

 

Viernes, 26 de Agosto de 2016
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