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Reencuentro con las raíces
Muchos ocañeros asisten a la plaza parque 29 de Mayo, los sábados a partir de las cuatro de la tarde.
Miércoles, 31 de Agosto de 2016

Salir en las tarde sabatinas al parque central de la ciudad se ha vuelto costumbre y una bonita oportunidad de recreación.

Los campesinos radicados o los que vienen ocasionalmente, cumplen de manera sagrada la cita con la única danza autóctona de la región, La Machetilla, la que es amenizada por un grupo de músicos del corregimiento La Esperanza, en el  norte del municipio de Ocaña.

Las guitarras, requinto, tiple y maracas, suenan con esa alegría inocente de los labriegos de la región, y los bailarines salen al ruedo a darle rienda suelta  a sus destrezas artísticas y a olvidarse por una tarde de los numerosos problemas que los aquejan.

Los músicos recogen en un sombrero las contribuciones voluntarias de los espectadores que se concentran al frente del palacio de gobierno y las parejas aparecen en escena, demostrando la cadencia y armonía, mientras que otras aceleran sus pasos al ritmo de la música carranguera.

El grupo musical se ha cotizado tanto que durante los fines de semana no tienen cupo para atender la demanda de las fiestas familiares o los parranderos que desean disfrutar de sus pegajosas melodías.

Muchos ocañeros asisten a la plaza parque 29 de Mayo, los sábados a partir de las cuatro de la tarde, a reencontrarse con sus raíces campesinas, claro aquellos que reconocen sus ancestros, porque los que creen que son descendientes directos de los españoles, consideran que dicha actividad es una “camperada”.

Y como los problemas o detractores  no faltan, mientras que algunos comerciantes paisas colaboraban con el fluido eléctrico para la amplificación del sonido, otros , dedicados a la distribución  de productos farmacéuticos, presionaron al gobierno local para que los reubicaran en un lugar distinto y lejos de la agencia de una empresa transportadora de la ciudad.

Tanto los  bailarines como parte del público, para estar a tono con el ambiente , destapan las botellas que llevan guardadas y se toman sus tragos de “bolegancho”, sin  que ello implique que las animadas jornadas terminen en reyertas o escándalos públicos.

A falta de las tradicionales retretas que ofrecía la banda municipal , bienvenido el espectáculo campesino que entretiene a mucha gente , los sábados en la tarde, sin que el gobierno municipal aporte algún recurso económico.

Como el certamen de música y danza campesina crece de manera paulatina, el lugar se va a quedar pequeño, de manera que la administración municipal debería intervenir para organizarlo mejor y hasta para incentivar a los músicos y bailarines.

Si usted reconoce que es mestizo o criollo, cuando tenga la visita de familiares o amigos que vengan de otras partes del país, invítelos a la rumba carranguera que se arma todos los sábados en el antiguo parque de Santander, si por el contrario, está seguro que tiene el linaje de los reyes de la madre patria, invítelos a zarzuelas u óperas en su propia casa.

Las interpretaciones del conjunto musical campesino y las parejas de antiguos o vigentes labriegos que bailan a su alrededor, es un reencuentro con nuestras propias raíces, con la música y danza auténticas de la zona del Catatumbo, de donde procedemos.

 

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