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Que el tirano de Maduro cuente todo

Ya Maduro ha probado un poco del caldo venenoso santista.

Cuando dos alimañas perversas se trenzan en una disputa, hay que buscar buen puesto en la galería: el espectáculo puede ser memorable. El tirano de Nicolás Maduro amenaza al indigno de Juan Manuel Santos con sacarle al sol los trapos sucios del proceso de paz con las Farc. Obvio: semejante adefesio de acuerdo ilegal e inconstitucional ha de tener miles de entuertos escondidos bajo las sábanas, amén de los negociados que se pudieron haber cocinado para feriar la democracia y subvertir la institucionalidad. 

Ya Maduro ha probado un poco del caldo venenoso santista. La lealtad no es un atributo de la personalidad que conozca en lo más mínimo el señor presidente. Santos usa a las personas como condones, para luego lanzarlos a la basura, o lo que le gusta más, a los lobos. Ahí está pintado don “Juampa”: es precisamente su falta de condición humana la que lo define, así como también la carencia de coherencia y consecuencia en su actuar: Santos piensa una cosa, hace otra y luego recula, sin sonrojarse. 

Ahora resulta que desde hace seis años, Santos se percató de que el régimen venezolano y su cacareada Revolución Bolivariana eran un fracaso total. Sin embargo, en su momento, Santos no dijo nada públicamente, aunque, según él, lo hizo en privado, ante el propio Chávez. Lo que sí recordamos todos los colombianos es que en esas calendas Santos etiquetó a Chávez como su “nuevo mejor amigo”. Pero fíjense ustedes: ¡hace apenas dos días Santos aseguró que también le dijo a Chávez que era un fracasado! ¡Pobre hombre, ya no sabe qué inventar y cómo manipular! 

Imposible comprobar la versión de Santos sobre lo que en privado le dijo a Chávez, pues este último está muerto (es muy común en el mundo del hampa citar como testigo a una persona ya fallecida); pero, en gracia de discusión, si fuera posible contrastar el dicho de Santos con la versión de Chávez, yo en lo personal preferirá creerle al sátrapa venezolano (me parece más confiable). 

Maduro es tan bruto y está tan ofendido por la traición aleve de Santos que, con tal de hacerle daño al mandatario de los colombianos, terminará sin duda autoincriminándose. ¡Ojalá el jumento de Miraflores reconozca que acordó con Santos mantener en territorio venezolano a miles de combatientes armados de las Farc! Como lo oyen, queridos lectores, en el hermano país hay todo un contingente de esa guerrilla, aguardando los acontecimientos con el dedo en el gatillo. Esta es apenas una de las tantas “perlas” que Maduro podría evidenciar. ¡Adelante, Nico, tú puedes! 

Faltó que Maduro estuviera contra las cuerdas, para que Santos le quitara el apoyo irrestricto que durante todo su gobierno le prodigó al tirano. ¿Por qué Santos no reaccionó airado contra la dictadura chavista cuando Maduro expulsó de Venezuela a miles de colombianos, como si de animales se tratara? Pues porque Santos todavía necesitaba a Maduro para finiquitar el tramposo acuerdo de paz con la guerrilla, que nos han impuesto a la fuerza, a pesar de que el “NO” ganó en las urnas. 

La deslealtad y la traición son los caminos más rápidos al infierno. Santos no podrá escapar de ese destino. 

La ñapa I: Los jefes de las Farc denuncian que el Gobierno violó los compromisos adquiridos, porque el Ejército les incautó una caleta con dinero y armas. ¿Acaso el régimen protege los recursos ilícitos de la guerrilla? 

La ñapa II: El mismo Santos que habló de Estado fallido hace dos días es el mismo que en el 2010 dijo que recibió un país próspero y seguro. ¡Qué horror! 

Martes, 25 de Abril de 2017
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