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Nos robaron otra vez

Los colombianos deberíamos estar acostumbrados a ser víctimas de los cacos.

Eso solo nos pasa a nosotros: que un presentador de televisión se robe una corona de Miss Universo nunca había pasado. Pero días pasados ocurrió en Las Vegas: en las narices de millones de sorprendidos televidentes nos birlaron una corona de Miss Universo, que ya se la había puesto nuestra paisana, Adriana Gutiérrez, una linda costeña, quien estaba feliz de conseguir por tercera vez un título que no tiene mayor importancia para un hombre pero que representa la culminación de los sueños de toda mujer. 

Los colombianos deberíamos estar acostumbrados a ser víctimas de los cacos. Ya los nicas se apoderaron de extensa zona de nuestro mar territorial, en el Caribe, gracias a una pésima actuación de nuestros diplomáticos, que no supieron presentar sólidos argumentos ante organismo internacional encargado de dirimir diferendos limítrofes. 

No es la única vez que hemos perdido algo. Lo más valioso, para refrescar la memoria de los olvidadizos, ha sido el istmo de Panamá, al que los gringos le echaron mano en 1903, con el apoyo de algunos malos colombianos. ‘’I took Panamá’’, dijo cínicamente el presidente Teodoro Roosevelt, un personaje de igual apellido pero diferentes ideas del que derrotó a los alemanes y japoneses y fue reelegido cuatro veces, caso único, en ese país.

Como somos pioneros en perder pedazos de patria, en la década de los 30 fue invadido nuestro territorio en el Amazonas. No perdimos esa zona gracias a un arma novedosa, los aviones, y a muchos voluntarios que se fueron a que los picaran los zancudos. La mayoría de los pilotos eran alemanes que habían venido a trabajar con Scadta, la primera empresa comercial de aviación.

En arreglos diplomáticos hemos perdido pedazos con todos nuestros vecinos: Venezuela, Ecuador y Brasil. A todos les ha tocado algo de lo que era Colombia en épocas pretéritas. Infortunadamente, nuestros negociadores diplomáticos no han sido los mejores y han resultado inferiores a los de otras latitudes.

Las pérdidas no se han limitado a la parte geográfica. Periodistas deportivos sostienen que en el partido con Brasil, en las eliminatorias del mundial, nos desaparecieron un gol de Yepes, que nos hubiera llevado a la final. Ya unos años antes un equipo capitalino había sostenido que un árbitro había invalidado una anotación que nos habría llevado a la final de campeonato internacional. En muchas oportunidades fuimos víctimas de los hombres de negro, que nunca nos ayudaron y, por el contrario, nos condenaban a la derrota. Se habló de sobornos pero ellos nunca se comprobaron aunque el tema si se ha puesto de moda con motivo del escándalo en la Fifa, un nido de cacos. 

Ahora el  robo lo protagonizó un morocho gringo, de nombre Steve Harvey, quien le entregó la banda y la corona  la candidata colombiana y luego se las quitó. Primera vez que se ve algo parecido en concurso del reinado de propiedad de Donald Trump, el gringo que podría ser presidente de los Estados Unidos y llevaría ese país a oscura época de mediocridad y xenofobia, el odio a los extranjeros.

El robo del reinado en Las Vegas será materia de discusión durante muchos años. Nadie se explica porque el presentador de Miss Universo, el morocho Harvey, un cómico de segunda, dio reverso y cambió un fallo anunciado por televisión a todo el mundo. ¡Qué pasó? Algún día se sabrá la verdad….    

P.D. El expresidente Alvaro Uribe no necesita montar periódico ni programadora de televisión. No sé cómo hace, aunque me lo imagino, para que le paren tantas bolas en RCN, donde le publican hasta los suspiros. El presidente Santos no ha sabido contrarrestar la propaganda negra que, como pocas veces, ataca todo lo que hace el mandatario de turno. Así le paga al diablo a quien bien le sirve. GPT

Viernes, 25 de Diciembre de 2015
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