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La revocatoria de mandato
Considero que un año no es tiempo suficiente para evaluar una gestión. 
Sábado, 28 de Enero de 2017

Se escuchan vientos de revocatoria de mandato para el alcalde de Cúcuta, el gobernador de Norte de Santander, la Alcaldía Mayor de Bogotá, y otros dirigentes en varios lugares dentro del territorio nacional. Estos administradores locales y regionales escasamente hace días, exactamente el primero de enero, cumplieron el año en el cargo, es decir, la tercera parte de su período. 

Sí, es cierto, una de las grandes herramientas que ofrece la democracia y nuestra constitución es que permite al pueblo revocar el mandato del dirigente de elección popular que consideremos que no está haciendo las cosas bien, está incumpliendo sus promesas de campaña, o que precisamente está haciendo lo contrario a lo que prometió. 

Pero esta herramienta valiosa que nos da la constitución, no debemos usarla irresponsablemente, como por ejemplo, quererla emplear porque el mandatario de turno nos cae mal, no es bonito ni simpático, aun no ha mandado arreglar la calle del frente de nuestra casa, es del partido contrario, etc. Que son las razones que sospecho tienen los que impulsan la revocatoria contra los dos dirigentes atrás mencionados de nuestro departamento.  

Considero que un año no es tiempo suficiente para evaluar una gestión. Con lo que trabajan los políticos, que no son precisamente el mejor ejemplo de trabajador dedicado, casi que puedo afirmar que el primer año es para empalme, para empaparse de todos procesos de la administración anterior, si es de línea contraria, para echarle una ojeada a los contratos firmados para ver sí se encuentra un hecho de corrupción que desprestigie a ese partido, y si el tiempo alcanza, para iniciar alguna gestión. 

Otra razón por la que estoy en desacuerdo con el revocatorio escasamente pasado el año, es que, como si fueran pocos los enormes huecos que deja en nuestro fisco la corrupción, que no sé cuando por fin se decidirá el gobierno a combatir, realizar un revocatorio significa un enorme gasto público. Lo invertido en una revocatoria de mandato podría servir para arreglar algunas calles, el desayuno de miles de niños por muchos días, etc.  

Creo que el año decisivo para estos dirigentes es el segundo año de mandato. En el transcurso de ese año, debe verse el inicio de ejecución de la mayoría de sus propuestas de campaña, debe apreciarse en algo ya el cambio y mejoría en la ciudad o región. En otras palabras, si a mitad de año no vemos resultados, ahí si rapidito a recoger las firmas y a dar inicio al proceso de revocatoria de mandato a ese dirigente inepto. 

Lamentablemente, la inmensa mayoría de nuestros políticos deja mucho que desear. Revocarle el mandato a uno para que luego monte uno igual o peor, es una forma de despilfarrar lo poco que dejan los corruptos después de tanta mermelada, elefantes blancos y cualquier otra modalidad que usan para saquear lo del pueblo. Una alternativa a  la revocatoria, es la presión ciudadana. Desde hace muchos años aprendí que los dirigentes políticos son como los carros viejos, hay que empujarlos para que anden. 

Yo no voté por los actuales alcalde de Cúcuta y gobernador de Norte de Santander (en otras palabras, me quemé), y tampoco comulgo con muchas de sus iniciativas e ideas, pero, creo que hay que dejarlos trabajar, si quiera año y medio, y ahí si decidir si les damos la patadita de buena suerte.

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