El resultado electoral del plebiscito sólo dejó un gran ganador: el abstencionismo, que alcanzó casi un 63% rompiendo todos los records históricos en esta materia. Los otros dos ganadores, a mi parecer, fueron el sistema democrático Colombiano, que demostró transparencia y efectividad al garantizar la veracidad en los resultados y despejar las dudas de algunos promotores del NO que hablaban de un fraude electoral a favor del SI.
El otro ganador indiscutible fue el uribismo, que aunque muchos de los votos del NO eran votos independientes y sin relación con esta corriente política, logró cobrar como propia una ajustada victoria en el plebiscito, al no haber más fuerzas políticas apoyando de frente esta campaña.
Ni el senador Uribe ni el más fanático de sus seguidores esperaba una victoria en estas elecciones, cosa que quedo en evidencia al argumentar insistentemente falta de garantías y al no tener una propuesta clara para enfrentar las consecuencias del resultado obtenido. Ya casi después de una semana los avances para solucionar esta “incertidumbre” desatada por los resultados son mínimos, y el tiempo se convierte en el principal enemigo para la implementación de los acuerdos de paz.
Queda en el ambiente una intención por parte del Centro Democrático de aprovechar este resultado para perfilar precandidatos a la presidencia, aprovechando que fue el único partido político que hizo campaña por el NO, así haya sido evidente que muchos votantes de esta opción no apoyaban ni se identifican con este partido.
Los promotores del NO, en cabeza de Centro Democrático, pasaron a ser responsables junto con el gobierno y las Farc de la implementación de los acuerdos, ahora deben buscar una salida urgente a este tema para no permitir dilaciones que pongan en riesgo la seguridad del país con un eventual rompimiento del cese al fuego bilateral.
El panorama es incierto, las revelaciones del gerente de la campaña del NO, Juan Carlos Vélez Uribe, en la cual afirma que “…Unos estrategas de Panamá y Brasil nos dijeron que la estrategia era dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación…” o “…En la Costa individualizamos el mensaje de que nos íbamos a convertir en Venezuela…”, deslegitiman esta campaña, y ni qué decir de las empresas que según Vélez Uribe la financiaron, “…Organización Ardila Lülle, Grupo Bolívar, Grupo Uribe, Codiscos, y Corbeta...”.
Lo que si es cierto, es que ese aparente triunfo electoral del uribismo les puede costar muy caro en ese principal objetivo que tienen trazado, el de recobrar el poder en el 2018, mucha gente que les creyó se siente engañada por la manipulación que les aplicaron, por la falta de una propuesta sería para enfrentar la tormenta política que propiciaron, y sobre todo, por haber ventilado a sus principales financiadores para evitar que se firmaran los acuerdos de paz en Colombia. Habrá que preguntarle al doctor Ardila Lülle qué piensa de esto.
Definitivamente ¡ganar, también es perder un poco!
