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¡El Plebiscito va!
Dios quiera que el Presidente gane el debate, que paradójicamente puede perder por soberbia y mala pedagogía. 
Miércoles, 20 de Julio de 2016

¡Un plebiscito no se debate, se combate! Pierre Mendes France.

En febrero de 2003 el expresidente Alfonso López Michelsen, escribió una columna que fue famosa en torno a la naturaleza del referendo y del Plebiscito. 

Más o menos con los  mismos razonamientos que desde la cátedra impartía a sus alumnos de Teoría General del Estado, que repasamos cotidianamente en los cuatro tomos de sus escritos selectos. 

No es lo mismo decía él, un plebiscito que un referendo. Éste versa sobre la reforma de las Instituciones por vía distinta a la  del órgano legislativo cunado actúa como poder constituyente. 

El plebiscito, en cambio, es un pronunciamiento sobre la política oficial. Una evaluación sobre los hechos ya cumplidos y de las propuestas futuras. En Colombia, agregaba, poca es la experiencia sobre estos temas. 

Queda en la historia un mal inicio con el  llamado plebiscito de 1959.

El general Rojas Pinilla había caído y había que restaurar la Constitución de 1886, los profesores Alberto Hernández Mora y Miguel Lleras Pizarro le susurraron al expresidente Lleras Camargo que como no había Presidente, ni  Congreso, ni Corte Suprema, se acudiera a una consulta popular, con el nombre de Plebiscito, como lo practicaba seguido el General Charles De Gaulle. 

Y realizado, así nos llegó la primera paz, con el voto calificado en las corporaciones públicas y posteriormente la alternación-todos comemos- la paridad entre los partidos violentos. Era un clásico Referendo con nombre distinto, cuyo objeto era reformar las instituciones políticas.

La figura ha sido utilizada por Pastrana el menor, por Uribe Vélez y ahora la utilizará  el presidente Santos. Las dos primeras quedaron a mitad de camino, la de Pastrana que contenía la revocatoria del Congreso, se apagó con la “pipa” de la paz de los doctores De La Calle y el canciller Fernández de Soto ¿Recuerdan? 

Y la segunda intentona de Uribe Vélez que habría refinado las instituciones, se ahogó con soberbia y mala pedagogía política.

La honorable Corte Constitucional acaba de avalar la convocatoria al Plebiscito que contiene todos absolutamente todos los deseos de una Paz duradera del Señor Presidente. Última Ratio, no tendría razón de ser.  Pues todos los colombianos queremos la Paz. La quiere Santos y la quiere Uribe, la quiere Timochenko y el General Mora y toda la tropa, la quieren los partidos de la coalición de gobierno y la quiere la oposición, la quiere Pastrana y la quiere Samper, la quieren los delfines presidenciales de todos los pelambres, todos los cuarenta y nueve millones de colombianos queremos la paz. Solo nos distancian tres palabras: Impunidad, Discrecionalidad y Soberbia.

Pero bueno volvamos a las disquisiciones académicas con los conceptos iniciales del profesor López Michelsen: ¿La Corte avaló un Referendo que derivó en plebiscito?  Es una lástima que las academias regionales, miren tan desapaciblemente el tema. ¿Se contagiaron de la crisis nacional? ¿El futuro de una Nación, es para la honorable Corte Constitucional, solo un laboratorio de caza de vicios de forma? 

La historia, demuestra en el caso de Francia de la posguerra, que muchas consultas hechas al pueblo por el general De Gaulle, se perdieron por la soberbia y “l´Grandeur” del General. Pero eran propuestas que luego de perderlas en los plebiscitos, la izquierda ganadora, con Pierre Mendes Frances a la cabeza, las adoptaron por sabias y necesarias. Como las políticas de regionalización, que demostraron que De Gaulle perdió el combate, pero posteriormente gano el debate.

Dios quiera que el Presidente gane el debate, que paradójicamente puede perder por soberbia y mala pedagogía.  Todos queremos la Paz.

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