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El ejemplo es conducta contagiosa

Es lamentable el ejemplo de los adultos violando las normas de tránsito a los menores.

Charles Reade, fue un escritor, músico y novelista del siglo XVIII. Su reconocida hoja de vida le permitió justos reconocimientos y muchas frases por él utilizadas siguen vigentes en el tiempo, entre las cuales se encuentra. “Ejemplo es conducta contagiosa”.

Son muchas las aplicaciones que se pueden dar a tan acertada expresión y por tal motivo escogí una recurrente situación que se presenta a la entrada y salida de muchos planteles educativos, generada por conductas irresponsables de conductores que llevan o recogen a sus hijos o conocidos.

Sobre la avenida que del Comando de Policía Norte de Santander conduce al sector de Pinar de Río, se encuentra el colegio Santo Ángel el cual ofrece sus servicios académicos a muchas familias residentes en la ciudad; las cuales intentan llevar o recoger por la entrada principal del colegio a sus hijos, invadiendo premeditadamente  dos de los tres carriles por cada sentido de la vía, generando caos y malestar a ciudadanos que transitan por esa vía la cual debiera ser un ruta de descongestión vehicular.

Lo mismo sucede sobre la avenida primera entre calles 17 y 18, lugar por donde ingresan y salen las estudiantes del colegio Santa Teresa. Se trata de una vía de cuatro carriles pero la impaciencia e imprudencia de los padres de familia o empresas que prestan servicio de transporte es tal, que no les importa bloquear tres carriles y a veces todos, dando origen a un severo trauma de la movilidad sin importar que es una vía arteria que conduce a varias empresas que prestan servicios de salud.

Eventualmente se observan algunos uniformados de la Policía Nacional en el primer caso mencionado y complementa la “brigada” el vigilante del colegio quien utiliza una señal de PARE-SIGA a quien por elemental razón le hacen caso buena parte de los conductores ubicados en la entrada del colegio.

De lo anotado debo comentar que es lamentable ejemplo de los adultos ofrecido a los menores puesto que esas personitas a su corta edad no reconocen las normas de tránsito y obligadamente son testigos silenciosos del espectáculo que a diario ofrecen sus padres al sumarle la violación a elementales normas de convivencia ciudadana.

He podido observar varios de estos infractores, algunos con reconocida solvencia moral y de pronto económica pero de ejemplo: nada.     

Por otra parte es necesario que las directivas de estos y otros planteles educativos en los cuales se observan conductas similares, orienten a los despistados representantes para que no incomoden con su mal ejemplo a los demás ciudadanos.

Finalmente, considero que los vigilantes no deben tener funciones de autoridad de tránsito y eso tampoco es buen ejemplo para los estudiantes que con el paso del tiempo van a creer que todos los vigilantes pueden orientar el caos de la movilidad en la ciudad y por eso confirmo en todas sus partes lo que escribió sabiamente el señor Charles Reade: “Ejemplo es conducta contagiosa”.

 

Domingo, 23 de Agosto de 2015
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