¿Tenemos futuro los cucuteños y los norteños? La pregunta viene a mi cabeza cada vez que releo páginas del “Futuro revisitado”, un libro que me regaló Luis Raúl López hace 16 años, que es una reflexión sobre estrategias de prospectiva y decisión. Como ha pasado 81 días desde que el presidente Santos nos obsequió la cuarta declaración de emergencia económica, social y ecológica de “carácter asistencialista” (dos de Uribe y dos de Juanma) por 90 días calendario, que vence el 16 de Diciembre al cantar del Artículo 215 de la Constitución Política y sin que haya pasado nada para conjurar la crisis; me fui a la página 318 del libro cuyo tema titula como esta columna.
Recuerden el cuento de Lewis Carroll “Alicia en el país de las maravillas”, Alicia encontrándose en una encrucijada como la de Cúcuta y nuestra región, le pregunta al gato que es el personaje sabio ¿cuál es el camino que debo tomar? Y el gato le responde con otra pregunta ¿a dónde quiere dirigirse? Alicia, como nuestra clase dirigente, le responde que no sabe. Y el gato de manera contundente le increpa: ¿para que quieres saber cuál es el camino que debes seguir, si no sabes a dónde quieres ir? Nuestra dirigencia debe entender desde tiempos inmemoriales, que el futuro es lo más importante para nuestros hijos. Bueno, para los hijos de los que se quedan aquí, pues los nuestros ya se fueron porque aquí no hay futuro.
El futuro es ética, buena educación y competencia primordialmente. Desafortunadamente no la conseguimos con el comportamiento y el complejo de Alicia, preguntando cual es el camino y sin saber cuál es el modelo que queremos. Y los culpables somos nosotros mismos.
Ah, pues se acabó la emergencia, era por 90 días. Y no exigimos nada. No había grupos de trabajo, de investigación, no hubo propuestas. Sigue la medianía. No hubo decretos con fuerza de ley destinados exclusivamente a conjurar la crisis, porque aquí, ni el gobernador, ni el alcalde, ni la CCC, ni los gremios, ni las academias, ni los sindicatos, ni las Ongs públicas y las clandestinas, ni el sector bancario, ni los Think Tanks o laboratorios de ideas, ni un ministro, ni un proyecto de ministro o viceministro, elaboraron y propusieron al presidente Santos un solo decreto de contenido estructural. Pues nuestra crisis es estructural y Maduro y Venezuela es solo un pretexto electoral de allá y de acá, ambos superados y como en la canción: “La vida sigue Igual”. Es la Infraestructura Estúpidos, parafraseé un día y me llovieron madrazos. ¿Que nos dieron en la 4ª emergencia? Nada. O bueno sí, más asistencialismo, doblaron subsidios de Familias en Acción, guardabosques, mercados, más arriendos. Exención del IVA, que
burlaron todos los establecimientos comerciales liderados por el Éxito, Merkagusto y Falabella que engaña por las redes y los demás supermercados y supermercaditos.
Un buen amigo mío, cotizó en el Éxito de Bucaramanga un TV en promoción. Telefónicamente confirmaron que aquí estaba el mismo TV en promoción y había existencias. No lo compró allá por evitar riesgos de transporte, regresó, fue al éxito de San Mateo, lo vio en la mañana del día siguiente y seguía la promoción, volvió para llevárselo, y en una hora y le reajustaron el precio y seguramente le incluyeron el IVA para facturar sin IVA. Yo corrí y corro la misma suerte en Merkagusto. Ya me habitué y no protesto. Además, no hay alcalde que atienda mi queja y boté las facturas.
Un distinguido empresario local le escribió a Mauricio Cárdenas por la prórroga del IVA hasta 31 de Diciembre de 2016. El jardín infantil de Mauricio, le respondió que no. Cuando La Corte Constitucional era la “súper-corte”, por la honorabilidad y sapiencia de sus magistrados como Vladimiro Naranjo, Jorge Arango Mejía, Barrera Carbonell, Eduardo Cifuentes Muñoz, Carlos Gaviria Díaz, José Gregorio Hernández, Herrera Vergara, Martínez Caballero y Morón Díaz produjeron la Sentencia C-373/94 que extendió los Decretos de emergencia del Rio Páez del 94, a la vigencia fiscal siguiente de 1995, de la tragedia del Río Páez sobre exenciones tributarias de renta, donaciones y cero aranceles agroindustriales.
