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El arte de seducir
Seducir es engañar con maña y cautivar mediante algún atractivo para conseguir un favor o beneficio.
Martes, 2 de Junio de 2015

Amables lectores: Eliodoro, obrero de hacienda panelera, con algunos problemas de retraso mental, recibe fuerte reprimenda de su patrón Don Francisco por “habérselo pedido” a su hermana solterona Doña Eufrasia, mientras estaban los dos solos en el trapiche. “Patrón no pasó nada con ella, pero ¿qué tal me hubiera dicho que sí?”, contestó el bobito Eliodoro.  

Como ven todos quieren seducir porque se sienten seductores.

Según el libro del Génesis, desde el principio de la creación el ser humano ha sufrido los embates de la seducción.

Al parecer la primera fue Eva, seducida por Satanás quien usaba disfraz de culebra, ofreciéndole poder y conocimientos similares a los de Dios, ante lo cual la pobre mujer se deslumbró y provocó la primera “hecatombe” para la raza humana.

Ella llena de feminidad sedujo a su esposo Adán mostrándole la última moda de “hoja de parra” en “hilo dental” y fueron desalojados del paraíso como mafiosos invasores de tierras ajenas.

Cualquier parecido es solo coincidencia: Eva fue tentada y seducida por una “culebra” a la sombra de un manzano en el paraíso y Yidis Medina por dos “Culebrones” de ministros del gobierno anterior, según parece en un baño del capitolio.

Seducir es engañar con maña y cautivar mediante algún atractivo para conseguir un favor o beneficio. Por causa de la seducción se han perdido imperios.

Recordemos, como la hermosa Cleopatra, envuelto su precioso cuerpo desnudo en un tapete, sedujo al gran poder del imperio Romano.

Se hacen “seductores” pactos en salas de cine, bizcochecas, restaurantes, cafeterías, oficinas, alcobas, baños, en fin cualquier escenario es válido para seducir hasta la sala oval de la casa Blanca en Washington, donde alguna vez el seductor Clinton habló con una pasante de las bellezas de Cartagena: “Mamonal, Bocagrande y la Boquilla.”

Hoy esta ciudad nuevamente está de moda por los “seducidos” agentes de la DEA en manos de “maromeras sexuales”  de esa histórica ciudad.

El mundo actual marcado por el consumismo y manipulado por los medios de comunicación se deja seducir por hermosas mujeres “cuasi-desnudas” que ofrecen desde un helado, una plancha, un carro, una casa, una motocicleta, una crema dental, palomitas de maíz, toallas higiénicas, un teléfono móvil, produciendo tal desconcierto en el potencial comprador quien ya no sabe si elegir entre los protuberantes senos de la modelo, el teléfono, las toallas higiénicas o la palomita.

La seducción es en manos de los políticos, un valioso y peligroso instrumento y el próximo capítulo sobre su uso, está ad portas con la elección de gobernadores, alcaldes, concejales y diputados. Hoy la seducción política se practica burdamente y sin temor alguno pues no existe ni sanción social y se reparten impunemente contratos, embajadas, notarias, consulados, concesiones mineras, peajes, nombramientos en cargos públicos sin analizar el perfil del nominado, si es o no apto para la posición donde lo ubicaron. Por ejemplo se ha dado el caso que profesores de gimnasia fueron nombrados como directores en puestos de salud. El arma más usada hoy por los políticos son las seductoras tulas con su carga corruptora de dinero que ha acabado con el voto de opinión. Billete mata hoja de vida y borra antecedentes punibles.

La doctora Zoila Grande de Bustos, hija de senador y esposa de diputado fue nombrada en el Ministerio de Agricultura para manejar los “excedentes lácteos” existentes en el país. Ella manifiesta que concursando y por méritos se ganó este cargo y no hubo seducción alguna en su nombramiento. Ante esta respuesta le recuerdo que JOIS-JOIS, hizo el vanidoso pavo real, cuando vio lo feas que eran sus patas.     

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