En mis tiempos de rectoría de la Universidad Libre, los grandes textos políticos los apretamos para aprenderlos en un trimestre y el saldo académico anual todo lo dedicamos al estudio del poder. Las lecturas obligadas desde los años 90 fueron textos norteamericanos y unos que otros europeos. Los muchachos manosearon tutorialmente de los norteamericanos a Peter Drucker, a Francis Fukiyama y al inolvidable Samuel Huntington de la Universidad de Harvard. Hoy, los estudiantes de la ESAP los siguen absorbiendo.
Pasado mañana se posesiona Donald Trump como 45° presidente de los Estados Unidos de América. Deliberadamente hago la relación de los textos de los pensadores norteamericanos cuya lectura imponía a los estudiantes de Derecho y de Administración Pública, porque los hechos políticos cotidianos del planea, parecieran la realización de las premoniciones que ellos propalaron.
Drucker y el Capitalismo y la Sociedad del conocimiento, de las Organizaciones, la productividad de las nuevas fuerzas laborales, del estado Nación al Megaestado, más allá del Estado nodriza y el Protagonismo de la Mujer. Fukiyama y el Fin de la Historia, que aún se discute y que muchos pensamos que la bipolaridad política de la guerra fría subsiste, solo que la tensión dejó de ser ficticia y se convirtió en real sin terror nuclear. Y finalmente Huntington, cuyas teorías se convalidan cotidianamente, se cumplen sin variantes y el planeta reacciona con timidez ante el peligro.
Las que llamamos torpezas de Donald Trump estaban advertidas, Es más, su protagonista de hoy las siente por vividas. ¿Qué puede esperar un latinoamericano de alguien que vivió en carne propia su picardía, pues nació en Nueva York en un suburbio latino como Queens, con todas sus miserias y vivezas? ¿Que las vivió con parecidas carencias de cultura, e identificado en las leyes de la ventaja?
Si hay un texto político contemporáneo que sintetice todas las prevenciones norteamericanas ante los invasores latinoamericanos es: ¿Quiénes somos’, de Samuel Huntington. ¿Acaso no es preocupante para la cultura nacional norteamericana, inmigración hispanoamericana, que por lo numerosa, no puede ser asimilada por la corriente principal de la cultura estadounidense, sino que la altera fundamentalmente?
Cuando se produjo el ataque del 11 de septiembre de 2001, las Twin Towers, pareció ser una de las primeras confirmaciones de las teorías de Huntington, contenidas en su Libro ‘Choque de las civilizaciones y configuración del nuevo orden mundial’.
Agregó el pensador: “No creo que sea posible exportar la democracia. Creo que los Estados Unidos, desde luego, deben y pueden dar apoyo limitado a los movimientos democráticos de otras sociedades. Pero estas sociedades se volverán democráticas solo cuando tales movimiento logren apoyo popular, que esos pueblos logren el poder y cambien el sistema de gobierno. Como ven, tales situaciones, exalumnos y alumnos, estaban advertidas.
