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Bien hecho

Por primera vez estoy de acuerdo con él y aplaudo su decisión de bombardear una base aérea en Siria.

Soy crítica permanente de Trump, de sus decisiones y pronunciamientos incendiarios. Por primera vez estoy de acuerdo con él y aplaudo su decisión de bombardear una base aérea en Siria.

El sanguinario presidente de Siria, Bashar al-Assad, una vez más atacó a su propia población en la provincia de Iblid, con armas químicas.  Se calcula que 80 personas, entre ellas numerosos niños, murieron ahogadas ante los efectos del gas sarín. Las imágenes transmitidas por la televisión y las fotos publicadas por los medios impresos fueron impresionantes. Difícil ver más horror y desolación.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a pesar de que días antes había anunciado, por boca de su Secretario de Estado, que no intervendría en Siria y que tumbar a al-Assad no sería un objetivo de la actual administración, ante la horrorosa visión de lo sucedido, no pudo menos que reaccionar.

Como reportó el Washington Post, miembros de la Administración y del Congreso que hablaron con Trump declararon que el Presidente había quedado muy golpeado, especialmente por dos imágenes: niños pequeños, cargados en brazos y desmayados, a los cuales frenéticamente trataban de lavarles las caras para limpiarles el agente químico; y la foto de un angustiado padre, con sus hijos mellizos en brazos, muriendo envenenados.

El presidente expresó su horror ante lo ocurrido. Según la asesora Kellyanne Conway, el que reaccionaba no era solo el Comandante en Jefe de los Estados Unidos, sino el padre y el abuelo. “Cuando usted mata niños inocentes, bebés inocentes, con un gas que es tan letal…eso cruza muchas muchas líneas, más allá de una línea roja –muchas muchas líneas”, declaró Trump. Ciertamente estaba conmovido y ordenó atacar.

La decisión de Trump, contrasta con la indecisión de mi, por lo general, admirado Presidente Obama, quien públicamente había trazado una línea roja frente al uso de armas químicas por parte del tirano de Siria. Le había advertido que un ataque de este tipo generaría una reacción militar de los Estados Unidos, Al-Assad atacó de nuevo a su población, en 2013, con armas químicas y Obama se abstuvo de reaccionar. 

Utilizó como excusa que el Congreso de los Estados Unidos no se había mostrado dispuesto a aprobar una operación militar. En el fondo, fue débil y pudo más su propósito de no inmiscuirse en guerras civiles internas en otros países. Los Estados Unidos y su presidente perdieron credibilidad.

Algunos periodistas que, por fuerza de la costumbre y teniendo en cuenta las frecuentes mentiras y exageraciones de Trump, no quisieron dejar de especular sobre lo que podrían ser otros objetivos secretos del presidente, por ejemplo el de poder mostrar algún triunfo en los primeros días de su mandato. Personalmente estoy convencida de que estaba sinceramente horrorizado por las consecuencias de las acciones inhumanas de al-Assad. Y que la orden que dio de atacar la base militar desde la que volaron los aviones que regaron los químicos, fue emotiva y humana. No le importaron las posibles reacciones del régimen ruso, socio de Siria, al que con tantos esfuerzos ha tratado de acercarse. Tampoco, hacerlo sin consultar el Congreso de su país. Sentía que los Estados Unidos tenían que reaccionar con prontitud y enviarle a al-Assad el mensaje de que no se continuaría con los ojos cerrados ante sus barbaridades.

El jueves, cuando dio la orden de ataque, Trump estaba en su club de la Florida, Mar A Lago, con el presidente de China. Desconozco la manera en que  Xi Jinping reaccionó ante el aviso que le dieron. Sin embargo, debió quedar impresionado por la capacidad de decisión de Trump y por su disposición para asumir grandes riesgos.

Los rusos expresaron su rechazo ante la acción unilateral de los Estados Unidos. No obstante la inicial tensión que se creó, calculo que las consecuencias sobre las relaciones ruso-americanas no serán de plazo mediano o largo. En primer lugar, el ataque norteamericano fue medido y estuvo localizado en una base aérea. En segundo lugar, los Estados Unidos les avisaron con tiempo para evitar que tropas rusas pudieran resultar afectadas. Finalmente, hay muchos más intereses en juego, por encima de Siria. El tiempo se encargará de confirmar, o no, nuestras predicciones. 

Sábado, 8 de Abril de 2017
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